En un nuevo capítulo de "De tú a tú", el comediante Mauricio Flores se sinceró junto a Martín Cárcamo y habló de la familia paralela de su padre, sus matrimonios y cómo el cáncer afectó a su esposa Ximena.
A Ximena la conoció en el año 2000 en un viaje a Concepción, tras haberse separado de su primera esposa. Conectaron de inmediato.
“A ella le tocó la parte difícil, que yo a pesar de estar enamorado, aún no tenía todos mis conflictos arreglados. Ella, literalmente, pescó mi corazón, lo parchó e hizo que yo volviera a creer en el amor”, desclasificó el ex "Morandé con compañía".
Al respecto, la mujer aseguró que no es nada sencillo estar con un artista como él, pues es un trabajo demandante. “Ser esposa de un comediante, es como ser tres personas en una: la mamá, la psicóloga, la señora”, dijo.
Por otra parte, según Mauricio Flores, tiene un don de clarividencia, y supo de antemano que iba a estar siempre junto a Ximena.
“Yo estaba con personas, les tomaba la mano y sabía lo que estaban pensando y lo que necesitaban, y veía cosas que iban a pasar. Y eso me angustiaba, me mostró muchas veces cosas malas que le iban a pasar a la gente”, contó, agregando que un día cuando pololeaban con Ximena le dijo: “Tú y yo vamos a estar juntos toda la vida. Vamos a tener un hijo y se va a llamar Diego”. Actualmente, tienen a su retoño Diego, de 21 años de edad.
Por eso, en 2018 el diagnóstico de cáncer de su esposa fue uno de los momentos más duros de su vida. Inicialmente, la mujer, quien padecía de cáncer de mama grado 2, se rehusó a hacerse quimioterapia, inspirada en el ejemplo de René O'Ryan.
“Él dejó de hacerse las quimios y se hizo terapias naturales, y lo veía en los eventos súper bien, así que decía ‘Si él no se hizo quimio y es deportista, yo no me voy a hacer quimio’”, indicó.
Tras el fallecimiento de O'Ryan, finalmente, Ximena decidió someterse a tratamiento.
De acuerdo a ella, el doctor le aseguró que el 80% de las parejas se separa tras el diagnóstico, porque las mujeres cambian mucho con la enfermedad y los hombres terminan dejándolas. Sin embargo, ella y Mauricio siguieron juntos el año y medio que duró el tratamiento.
"El día que ella iba a entrar a la operación, quería que yo le grabara un video aquí en la casa, poco menos para despedirse. Yo le decía ‘No, tienes que pensar positivo’”, recordó Mauricio.
El sentido del humor de Mauricio fue lo que más ayudó a Ximena en su recuperación. “De 10 veces que yo debería haber llorado, lloré dos. Me reía mucho con él. Mi hermana se quedó a vivir conmigo para cuidarme, y ellos son iguales, parecen hermanos, tienen un humor tan negro. ‘Moribunda, baja a tomar once’, me decían”, recordó la mujer.