Son rayos X de baja intensidad pero suficientes para confundir a los astrónomos.

Los emite Plutón, pese a que -según lo que sabíamos hasta ahora- el planeta enano era considerado incapaz de generar estas radiaciones electromagnéticas.

El fenómeno, que un grupo de científicos ha venido observando, abre nuevos interrogantes sobre la naturaleza de la atmósfera de este fascinante cuerpo celeste, según anticipa la agencia espacial estadounidense NASA.

Lo curioso, dicen los expertos, es que se creía que Plutón no podía generar los fotones de alta energía de los rayos X.

"Detectamos por primera vez rayos X provenientes de un cuerpo en nuestro cinturón de Kuiper y descubrimos que Plutón está interactuando con los vientos solares de manera enérgica e inesperada", explicó el astrónomo Carey Lisse, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, cuando la NASA informó del hallazgo, en septiembre.

Ahora, los científicos detallan sus observaciones en un estudio, publicado hace unos días, con un título que refleja cómo los resultados los han tomado de sorpresa: "La desconcertante detección de rayos X de Plutón mediante (el observatorio) Chandra".

Las repercusiones del hallazgo no son menores: cambian las premisas con que los astrónomos observan las zonas remotas de nuestro sistema planetario, ubicadas hasta 50 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.

Si Plutón emite rayos X, es probable que también lo hagan otros objetos del cinturón de Kuiper, como se conoce a los confines del sistema solar más allá de la órbita de Neptuno.

Y seguirle la pista a esos rayos invisibles podría permitir la identificación de otros cuerpos celestes hasta hoy desconocidos.

Sorpresa cósmica

Cuando la misión New Horizons hizo su aproximación a Plutón, en 2015, los astrónomos confirmaron que el planeta enano carece de un campo magnético mensurable y su atmósfera es una capa tenue de gases.

De allí la sorpresa: los rayos X se generan cuando los vientos solares - corrientes constantes de partículas cargadas desde el Sol que viajan a toda velocidad por el sistema solar, cuyo origen fue captado por primera vez hace unos meses por la NASA- se encuentran con átomos de gas neutro o campos magnéticos de cuerpos celestes como planetas o cometas.

Pero Plutón, frío y rocoso, sin tal campo magnético y con su atmósfera delgada, no contaría en los papeles con un mecanismo natural para emitir radiaciones tipo de este tipo.

Los científicos detrás del Proyecto New Horizons estaban muy interesados en saber más de la interacción de los vientos solares con los gases en la atmósfera de Plutón.

Por eso, la sonda misma incluyó un instrumento de medición diseñado para medir de cerca esa actividad, apropiadamente llamado SWAP: las siglas en inglés de Vientos Solares Alrededor de Plutón.

Luego, usaron el observatorio de rayos X Chandra, de la NASA, entre febrero de 2014 y agosto de 2015, y detectaron signos provenientes del planeta enano en cuatro ocasiones.

Específicamente, 174 kilosegundos de rayos X, equivalentes a apenas siete fotones. Una cantidad ínfima, pero reveladora.

El misterio inmediato, apuntan los científicos, es que las mediciones de intensidad de las radiaciones, aunque pequeñas, fueron mucho mayores a las que esperaban.

"Antes de nuestras observaciones, los científicos pensaban que era altamente improbable que detectáramos rayos X", apunta Scott Wolk, de Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian, uno de los co-autores del estudio recientemente publicado.

"Eso generó incluso la polémica de si el Chandra debía dedicarse a observar eso o no. Antes de Plutón, el cuerpo más distante del sistema solar en el que habíamos detectado emisiones de rayos X había sido Saturno, en sus anillos y su disco", detalló Wolk a la publicación especializada Science News.

Por un lado, evalúan la posibilidad de que Plutón tenga una cola de gases mayor a la estimada, parecida a la que tienen los cometas.

"Pensamos ingenuamente que Platón quizá simplemente esté perdiendo su atmósfera a la misma velocidad que algunos cometas. Y sabemos que los cometas generan rayos X", apunta Lisse.

Así, las interacciones entre los vientos y una cola de gas metano cientos de veces más grande que el diámetro de Plutón podrían ser culpables de las radiaciones, sugieren los autores del estudio.

Según otra teoría, los campos magnéticos interplanetarios pueden estar enviando vientos solares más fuertes, con más partículas, en dirección al planeta enano, lo que podría ayudar a crear los rayos.

Pero no todos están convencidos: otros astrónomos mostraron escepticismo ante el descubrimiento, por considerar que los rayos son de tan baja intensidad que podría tratarse simplemente de un "ruido" en los instrumentos de medición.

"Es un hallazgo desconcertante", opinó el astrofísico Konrad Dennerl, del Instituto Max Planck alemán, en la revista Science News.

"Es una señal muy baja. No estoy convencido."

Para disipar dudas, el equipo de Lisse se prepara para realizar nuevas observaciones con instrumentos distintos en un observatorio de rayos X de la Agencia Espacial Europea.

"Entendemos que haya escepticismo", apunta el investigador.

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