Aunque el apareamiento entre el Homo Sapiens y el hombre de Neandertal ocurrió hace unos 50.000 años, sus efectos estarían asociados a males modernos como la adicción a la nicotina y a enfermedades mentales como la depresión.
Ese es uno de los hallazgos de un grupo de científicos estadounidenses que realizó el primer estudio directo sobre el genoma de nuestros primos de la evolución, analizando una muestra significativa de población actual.
El equipo, encabezado por el Dr. Tony Copra, de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee (EE.UU.), comparó el ADN neandertal con los historiales médicos de 28.000 personas y, además de los males arriba citados, encontró también asociaciones de ese ADN con afecciones sanguíneas y enfermedades de la piel.
A pesar del vínculo, en declaraciones a la BBC Copra hizo hincapié en que el contenido genético neandertal no era "una causa directa" de esos males.
"Las enfermedades asociadas que identificamos son complejas y tienen un gran número de factores genéticos y ambientales", apuntó.
"En muchos casos la influencia del Neandertal es significativa, pero no quiere decir que estás condenado a ser un fumador de por vida si tienes algo de ADN neandertal".
Apareamiento ancestral
Actualmente se acepta que el cruce entre el Homo Sapiens y el hombre de Neandertal se produjo cuando nuestra especie ingresó a Eurasia desde África hace unos 50.000 años.
Se calcula que hay entre un 1% y un 4% de ADN neandertal en las personas de origen europeo.
Y el apareamiento dejó su huella en muchas personas de origen europeo, en cuyo genoma se calcula hay entre un 1% y un 4% de ADN neandertal.
En sus investigaciones Copra y su equipo encontraron fuertes correlaciones entre esa herencia neandertal y hasta 12 dolencias, incluyendo problemas en el sistema inmunológico, ataques al corazón y desórdenes sanguíneos.
Uno de esos trastornos es la hipercoagulabilidad o trombofilia, que implica un aumento de riesgo de padecer trombosis venosa, tromboembolismo pulmonar y complicaciones en el embarazo.
El estudio encontró que una variante del ADN neandertal incrementa la coagulación de la sangre, algo que probablemente resultó muy útil para nuestros antepasados para que las heridas sanaran más rápidamente y se frenaran las infecciones.
Sin embargo, en el entorno moderno, donde las personas no tiene que cazar peligrosos animales, ese rasgo resulta mucho menos ventajoso.
Relación compleja
Más complicado resulta establecer la influencia del ADN neandertal en el riesgo de sufrir enfermedades mentales como la depresión.
Una incógnita similar también se plantea con el vicio de fumar que estaría presente en nuestros genes mucho antes de que los indígenas americanos utilizaran el tabaco en sus rituales y los europeos lo llevaran al Viejo Continente.
"El cerebro es increíblemente complejo, así que es razonable esperar que le introducción de un camino evolutivo distinto pueda tener consecuencias negativas", apuntó Corine Simonti, estudiante de doctorado de Vanderviilt y primera autora firmante del estudio.
En ese sentido, el doctor Copra espera que el estudio genético del Neandertal pueda abrir nuevas rutas para entender ese tipo de enfermedades, sus causas y desarrollar tratamientos.
"Para tratarlas será importante entender cómo esas fracciones de ADN neandertal influyen a nivel molecular", añadió.
El estudio, publicado en la revista Science, se hizo luego de completarse el mapa genético de los Neandertales, mediante la examinación de restos fósiles. El hombre de Neandertal dominó Europa durante 200.000 años, pero se extinguió unos pocos miles de años después de la llegada del hombre moderno.
Investigaciones previas ya habían establecido relaciones de la herencia neandartal con enfermedades y dolencias como la diabetes tipo dos, la enfermedad de Crohn y el lupus.