Todo en la vida, o casi todo, tiene una explicación lógica y un uso. Por eso es que muchas veces abrimos nuestras latas de bebida, o algún líquido afín, y casi por instinto giramos el tap con el que se le realiza el orificio al elemento sin tomarle mayor atención.
Sin embargo su construcción, que pareciera muy menor y sin mayor ciencia, tiene una misión muy sencilla y también bastante útil. Y todo tiene que ver con el uso de las bombillas.
Si se inserta una pajilla al interior de una lata con un líquido gaseoso, las burbujas hacen que las bombillas se eleven y muevan, por lo que en muchas ocasiones pueden caerse y provocar derramamientos que ensucien tu ropa. Es acá donde este simple agujero toma relevancia.
Por eso es que al insertar la cañita por la anilla, ésta se mantiene en sólo un lugar controlado evitando cualquier tipo de "escape".
Además, beber líquidos de una lata con una bombilla es una de las formas más higiénicas de hacerlo, considerando el contacto que tienen en diversas superficies y bodegas en las que se almacenan. Por esto es que se recomienda tomar el contenido en un vaso, o con una pajita.