Cada cierto tiempo resurge la pelea en redes sociales sobre si es correcto lavar el pollo antes de cocinarlo o no. Aunque la intuición dice que la mayoría de los alimentos deben ser puestos bajo un chorro de agua antes de prepararlos, en el caso de la carne de pollo la recomendación es bastante clara: no lo hagas.
Es bastante común ver a alguien lavando un pollo crudo en un programa de televisión o en películas, pero hace un tiempo los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades fueron bastante enfáticos en su recomendación.
"No laves tu pollo crudo. Lavarlo puede dispersar gérmenes desde el pollo a otras comidas o utensilios en la cocina", explicaron en un mensaje de X (que en ese tiempo se llamaba Twitter).
En un mensaje posterior ahondaron en su recomendación y señalaron que "no se deben lavar ni el pollo, ni otras carnes ni huevos antes de cocinar. Puede propagar microbios por toda la cocina".
En su página de recomendaciones vigente en internet, los CDC insisten en que "el pollo crudo está listo para cocinar y no necesita ser lavado antes".
Allí se señala que el pollo puede ser una opción nutritiva, pero "el pollo crudo está a menudo contaminado con agentes patógenos como la bacteria Campylobacter, la Salmonella y la Clostridium perfringens.
Para consumir pollo, el organismo estadounidense entrega varias recomendaciones fáciles de aplicar a la hora de manipular el pollo:
- Poner el pollo en bolsas desechables, para evitar que los jugos crudos entren en contacto con otras comidas en el carro de compra o en el refrigerador.
- Lava tus manos antes y después de manipular el pollo.
- No laves el pollo.
- Usa una tabla de cortar especial para preparar el pollo.
- No pongas comidas cocinadas o frescas en la misma superficie que estuvo el pollo crudo.
- Lava superficies y utensilios que tocaron el pollo crudo con agua caliente y jabón.
- Asegúrate de que tu pollo esté bien cocinado.