AFP
En 2016, los miembros de la Academia Sueca rompieron todos los cánones del Nobel eligiendo al cantante Bob Dylan, un símbolo de la contracultura estadounidense poco proclive a colgarse cualquier tipo de medalla, por lo que este año las expectativas apuntan a un ganador más convencional.
La espera se terminará este jueves cuando Sara Danius, la perpetua secretaria de la Academia Sueca que todos los años anuncia los premios, pronuncie el nombre del ganador desde la sala de la Bolsa de Estocolmo.
La elección de Dylan, que tardó varias semanas en reaccionar y que no acudió a la ceremonia de entrega de premios, hizo correr ríos de tinta, por lo que los 18 académicos este año probablemente se decanten por un literato más ortodoxo.
"La Academia es en realidad una sociedad muy discreta y no debemos esperar nada sensacional" este año, planteó Clemens Poellinger, crítico literario del diario Svenska Dagbladet.
Entonces, ¿quién será el elegido?
Los círculos literarios de Estocolmo escrutan todas las últimas tendencias para intentar vislumbrar el perfil de un potencial ganador y los sitios de apuestas bullen.
El miércoles, el japonés Haruki Murakami y el keniano Ngugi wa Thiong'o encabezaban las apuestas, seguidos de la canadiense Margaret Atwood, cuya novela "The Handmaid's Tale", fue adaptada con éxito a la televisión. En la lista también estaba el israelí Amos Oz.
¿Otro hombre? De los 113 premiados hasta ahora, solo 14 fueron mujeres. Pero para el editor de Cultura del diario Dagens Nyheter Björn Wiman, eso no significa necesariamente que este año el premio lleve nombre de mujer.
La Academia Sueca no se cansa de repetir que no tiene en cuenta ni los orígenes ni el sexo a la hora de atribuir el galardón.
Pero "el ratio de hombres-mujeres entre los premiados es vergonzante" y los académicos deberían estar conscientes, dijo Rakel Chukri, directora de las páginas culturales del diario Sydsvenskan.
Si la academia eligiera premiar una obra comprometida, el ganador podría ser Adonis, el poeta franco-libanés nacido en Siria.
En las quinielas también circulan dos autores islandeses: Sjón, seudónimo del poeta Sigurjón Birgir Sigurðsson, y Jón Kalman Stefánsson.
Halldor Laxness es el único escritor islandés que ha recibido el Nobel, tras ser distinguido con el premio en 1955.
Presiones en los pasillos
Cada año, en febrero, la Academia establece una lista de todas las candidaturas presentadas por las personalidades habilitadas para ello (antiguos premiados, profesores, etc.) y en mayo la reduce a cinco nombres, que estudian durante el verano antes de decidirse.
En los pasillos, hay intensas campañas para apoyar a los "candidatos" al Nobel. Unas presiones que los miembros de la academia dicen ignorar y que a veces incluso pueden volverse en contra de los autores.
Kjell Espmark, miembro de la institución sueca desde hace treinta años, explicó al diario Dagens Nyheter que recibir el premio Nobel de Literatura, para un país emergente, muestra que el desarrollo económico no se logra en detrimento de su cultura.
"Quieren una bomba atómica y un laureado", contó, recordando que durante una visita a Portugal en la década de 1990 fue abordado por el entonces presidente, Mário Soares.
"Llegó con José Saramago y dijo: 'ustedes van a darle un premio a este'. Saramago estaba tan avergonzado que quería que se lo tragara la tierra", recordó Kjell Espmark.
Saramago, cuya consagración está por encima de cualquier sospecha, es el único escritor portugués que ha conseguido el premio, otorgado en 1998. Su compatriota António Lobo Antunes es un candidato firme para el Nobel.
"Este año, yo creo que va a ser el portugués Antonio Lobo Antunes o el albanés Ismail Kadaré. Los nombres de ambos escritores se repiten desde hace tiempo en las discusiones sobre el premio. Cuando sean pronunciados, uno va a decir 'claro, merecían el premio, no hay nada más que decir'", dijo a la AFP Wiman.
Lejos del secretismo de la Academia Sueca, en la gran librería Hedengrens de Estocolmo, su propietario, Nicklas Björkholm, expone las obras de posibles premiados, como el español Javier Marías, los estadounidenses Joan Didion o Don DeLillo, la polaca Olga Tokarczuk o el israelí David Grossmann.
Su favorito es el poeta coreano Ko Un pues, aseguró, "ha llegado el momento [de premiar] a alguien no anglófono y asiático".