Todos en nuestra vida nos hemos topado con stickers pegados sobre las frutas que compramos. Las más comunes aparecen en las mandarinas y en las naranjas, a veces en los limones, pero la verdad es que todas las frutas tienen que estar registradas y muchas de ellas llevan ese curioso sticker.
Según el portal Mental Floss a estos stickers se les conoce como códigos PLU (por la siglas "Price Look Up" o Mirar el precio de algo) y originalmente se usaban como un código de barras. Pero pronto apareció una función secundaria (e incluso más importante) donde el código de cinco dígitos se transformó en una forma de clasificar las frutas.
Es decir, además de ayudar a gestionar los precios de los artículos, los códigos PLU nos dicen mucho acerca de cómo se cultivó nuestro producto.
Por ejemplo, el primer número del PLU en general es un 4 o un 9. Mientras el 4 indica que la fruta fue cultivada de forma tradicional, el 9 significa que es orgánica. En el caso de los PLU que comienzan con 9, siempre encontrarás cinco dígitos en total en ellos.
Por otro lado, los PLU que comienzan con 4 tienen sólo cuatro dígitos y se omite la información que indica si la fruta es orgánica o no. Otro PLU bastante usado es uno de cinco dígitos que comienza con 8 y que indica que el producto proviene de una plantación con ciertas modificaciones genéticas.
El uso de los códigos PLU es completamente opcional y no está regulado por ninguna agencia gubernamental; es por ello que hay frutas y verduras que no los tienen. A esto se suma que los códigos PLU fueron desarrollados para ayudar a los supermercados a establecer categorías y precios, no para dar información a los consumidores finales.