En años recientes el oso polar Arturo había llamado la atención de medio mundo por las condiciones en las que vivía en un zoológico de la ciudad argentina de Mendoza.
El animal falleció este domingo con 31 años.
En sus últimos meses presentaba pérdida de apetito, cansancio y fallas en su visión y olfato.
Su lenta agonía conmovió a más de uno y el trágico, aunque natural desenlacereactivó la polémica en Argentina respecto a si se debe mantener animales en cautividad.
Especialmente porque Arturo se encontraba en el zoológico de Mendoza,lugar en el que, según medios locales,casi 80 animales han muerto en lo que va del año y que es constante blanco de críticas por las supuestas malas condiciones en las que viven sus moradores.
La muerte del más famoso habitante del zoológico provocó una oleada de mensajes en redes sociales, muestras de pesar de parte de celebridades argentinas y pronunciamientos de organizaciones de defensa de los animales y ambientalistas.
Las autoridades de Mendoza, funcionarios del zoológico y la asociación Amigos del Oso Polar Arturo rechazaron que el animal hubiese fallecido por alguna clase de negligencia.
Perdón Arturo
"Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación", dijo en un comunicado la organización ambientalista Greenpeace.
"El animal tenía 31 años y 23 los vivió en cautiverio, en condiciones precarias", añadieron desde Greenpeace.
En 2014 se recolectaron miles de firmas para pedir el traslado del oso a una reserva en Canadá, un lugar cuyo clima está más acorde a su naturaleza.
Organizaciones animalistas aseguraron entonces que Arturo "deprimido" y un diario británico lo bautizó como "el animal más triste del mundo".
Oikos, una asociación ambientalista mendocina, aseguró en las últimas horas en un mensaje que "Arturo hace años se había transformado en un ícono en la lucha por el bienestar animal".
"Hay mucha tristeza por la muerte y mucha impotencia porque se ha venido luchando a lo largo de muchos años y que él haya terminado sus días en Mendozanos tiene que hacer reflexionar como sociedad y dónde estamos parados", indicó la ONG.
Los amigos de Arturo
Pese a las críticas, las autoridades de Mendoza, funcionarios del zoológico y representantes de asociación Amigos del Oso Polar Arturo defendieron que el animal había tenido una vida y una muerte dignas.
"Fue un oso muy feliz que, a diferencia de todo lo que se dijo, vivió estos últimos meses de la mejor forma y con una excelente atención médica", señaló la asociación mencionada.
Mientras, el gobierno municipal de Mendoza publicó un comunicado de prensa en el que indica que Arturo "era un animal de casi 31 años de edad y con un promedio de vida superior a lo habitual de esta especie en un contexto de encierro, puesto que en hábitat natural, el promedio de vida se extiende hasta los 20 años y en contexto de encierro logran llegar a los 26 años aproximadamente".
Arturo nació en 1985 y llegó a Argentina en 1993 desde Estados Unidos.
El último parte médico presentado por el cuerpo médico veterinario del zoológico informó que el animal permanecía poco reactivo con mínima respuesta a estímulos y depresión marcada de su sistema nervioso central.
Hace un par de años, un equipo de especialistas del zoológico llegó a la conclusión de que Arturo no habría resistido el viaje si se intentaba un eventual traslado a Canadá.
El examen al que fue sometido el animal no convenció a quienes querían su traslado a Canadá y solicitaron que Arturo fuera visto por especialistas internacionales, algo que no llegó a suceder.