Desde hace un año y medio que una perrita espera que liberen a su dueño en una comisaría en el centro de Buenos Aires. El hombre lleva cumplida la mitad del total de su condena.

A comienzos de 2018, el dueño de la perrita llamada Sheila, fue detenido por un asalto calificado, siendo así condenado a tres años y medio de prisión efectiva.

Desde entonces, Sheila no se aleja del lugar. "Lo cierto es que, el día en que hicimos la detención y trajimos al chico a la dependencia, al rato Sheila se presentó y nunca se fue. Creemos que debe haber seguido al automóvil”, declaró a medios locales el subcomisario Juan José Martiní.

Según el medio La Vanguardia, la policía se dio cuenta de la presencia incondicional de la perrita y entendieron lo importante que es para Shella pasar tiempo con su amigo. Por ello, le han dado acceso libre a la comisaría. Incluso, ha pasado noches durmiendo junto a la celda de su dueño. 

"Desde el primer minuto Sheila, que tiene 4 o 5 años, se plantó afuera del edificio. Enseguida se ganó el cariño de todos y hoy forma parte de la familia de la dependencia, tan integrada esta que cuando el personal sale a recorrer las calles a pie ella los sigue", agregó Martini al medio La Arena.

Finalmente, el subcomisario agregó que: "Acá todos la atienden y la cuidan, le dan de comer y agua".

Es inevitable no relacionar este caso con el de Hachicko, el perro japonés que esperó durante 9 años a su dueño en una estación de trenes. Un símbolo de la lealtad animal. 

 

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