Han pasado 78 años desde la gestación de uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía americana: las famosas galletas con trozos de chocolate, más conocidas como "cookies, fruto del ingenio de la chef estadounidese llamada Ruth Graves.
En la década de los 30, en un época donde la crisis económica azotaba a Estados Unidos y los ciudadanos luchaban por sacar sus negocios adelante y pelear contra la recesión, hay algunos que lograron salir triunfantes, como fue el caso de esta cocinera.
La mujer junto a su marido, Kenneth Wakefield, construyeron un restaurant llamado "Toll House", que se dedicaba a ofrecer comida casera. El negocio partió con 12 empleados, pero luego de ocho años contó con más de 100 de estos que servían más de mil comidas al día. Además, contaba con varios locales distribuidos en el país.
Durante sus fructíferos años de negocio, la cocinera comenzó a trabajar en el recetario de lo que sería una de las creaciones gastronómicas de la época: las galletas con trozos de chocolate. Pero, esto no fue una tarea fácil. Para obtener el sabor que la chef quería, reeditó la receta más de 28 veces.
El éxito fue tan grande que las galletas enseguida empezaron a venderse en otros establecimientos alimenticios. Sin embargo, el 20 de marzo de 1939, la fórmula ya había sido difundida y plagiada por varios chefs, lo que llevó a Ruth a tomar una gran decisión: vender los derechos de la receta a los representantes de Nestlé en EE.UU. y por solo un dólar.
El acuerdo que en un principio puede sonar casi ridículo, en realidad no lo era. Graves vendió la receta, pero de todas formas logró una fortuna.
El logo y el nombre del restaurant de la chef comenzaron a aparecer en los paquetes de las galletas vendidas por Nestlé, otorgándole una gran publicidad al local de Ruth. Incluso hasta hoy, a pesar de que la empresa haya cambiado un poco la apariencia de los envases, sigue cumpliendo parte del trato.