A menudo se habla de gente que es "daltónica" aunque muy pocas personas lo son realmente.
Muchos de los que se describen a sí mismos como daltónicos en realidad solo suelen tener una deficiencia en la percepción de los colores.
Y la mayoría de las personas consideradas muy daltónicas pueden distinguir hasta 20 tonos diferentes.
Eso es poco si se lo compara con el centenar de tonos que pueden notar las personas con visión normal.
Pero hay una isla en la que el 10% de la población ve el mundo completamente en blanco y negro.
¿Cómo se explica esto?
Viendo a color
En la parte de atrás de nuestros ojos, en la retina, hay unas células sensibles a la luz llamadas conos y bastones.
Estas células empiezan a desarrollarse en el útero y para cuando un feto tiene cumple 28 semanas ya puede ver, incluso en la oscuridad del útero.
Inicialmente solo será en blanco y negro, pero pronto los conos quedarán conectados, listos para llenar de color nuestro mundo.
Unas proteínas sensibles a la luz son las encargadas de convertir el rojo, el verde y el azul –los componentes de la luz que entran en nuestros ojos– en impulsos nerviosos.
Éstos son enviados al cerebro y allí interpretados como una imagen a color.
Pero si estas proteínas clave no funcionan bien, uno está condenado a vivir en un mundo en blanco y negro durante toda la vida.
¿Ventaja evolutiva?
Ahora, yo no soy muy bueno distinguiendo entre tonos de colores, por lo que tampoco me interesa mucho discutir sobre la pintura de las cocinas o los colores de la ropa.
Pero, ¿es esto algo cultural o puede haber razones biológicas?
Israel Abramov, profesor de psicología en el Brooklyn College de Nueva York, puso a prueba a un grupo de adultos jóvenes con visión normal con una serie de experimentos.
Aunque las diferencias eran sutiles, encontró que en promedio los hombres no son tan buenos como las mujeres al distinguir tonos de azules, verdes y amarillos.
Una posible explicación evolutiva para esa diferencia es que en el pasado las mujeres habrían hecho más recolección de comida y habrían necesitado desarrollar una visión del color mejor para distinguir productos como las bayas.
Y aunque quizás yo no pueda saborear la amplia gama de tonos de colores potencialmente a mi disposición, al menos tengo la fortuna de no ser totalmente daltónico, como muchos habitantes de Pingelap, un pequeño atolón en el sur del Pacífico.
Es culpa del rey
Pingelap es un lugar hermoso pero con una maldición genética.
Se conoce como "La isla de los daltónicos" por el elevado número de gente que viven en esta isla remota y que sólo puede ver en blanco y negro.
No poder percibir los colores es un inconveniente. Pero para Herrol, que es pescador, es además una molestia: a plena luz del sol lo único que percibe es una imagen quemada, como una fotografía en blanco y negro sobre expuesta.
"Se me hace difícil salir al sol porque cuando el sol brilla no puedo ver para hacer mi trabajo", dice.
Y otro de los grandes inconvenientes es que es cuando uno cocina en blanco y negro, se complica detectar las partes de la comida que quizás estén estropeadas.
De hecho, una de las teorías que explican por qué nuestros ancestros desarrollaron la visión en color dice que fue para distinguir la buena comida de la mala.
Los perros, que tienen un sentido del olfato mucho mejor que el nuestro, tiene visión a color, pero es poco sofisticada.
Pero si ser propiamente daltónicos es extraño, ¿cómo es que alrededor del 10% de la población de Pinglep está condenada a vivir en un mundo en blanco y negro?
Sabemos que en 1780 la población de esta isla estuvo a punto de desaparecer a causa de un tsunami.
Sólo sobrevivieron unas 20 personas, entre ellas el rey.
Y se cree que tenía un problema genético que causa daltonismo y que se lo pasó a sus numerosos descendientes.
La gran ventaja
Además, dos factores cruciales han hecho que la reserva de genes de este lugar se haya mantenido relativamente pequeña.
Por un lado la ubicación remota de la isla. Por otro, la religión local, que desalienta el matrimonio con extranjeros.
Estas condiciones han ayudado a que persista la mutación genética que causa daltonismo.
Pero aunque ser daltónico en una isla radiante del Pacífico tiene muchos inconvenientes, también tiene una ventaja.
Cuando se pone el sol, Herrol se siente finalmente en su elemento.
Puede ver bien, realmente muy bien, en la oscuridad.
Nadie sabe por qué, pero quizás la parte del cerebro de Herrol que normalmente interpretaría la luz brillante del sol ahora es utilizada para su visión nocturna monocromática.
Así que, cuando oscurece, Herrol y sus amigos se suben a los barcos para cazar peces voladores.
Cuelgan antorchas encendidas que atraen a los peces como las mariposas nocturnas a la luz.
En estas circunstancias Herrol puede sacarle partido a su desventaja.
"Este tipo de pesca es divertida. Sobre todo si pescamos mucho", dice.
"Mi familia espera pescado fresco. No podemos depender solo de ir al mercado a comprar comida. Así que aunque es duro nos gusta", cuenta.