Las hermanas Nina, Jill y Amy Totenberg no podían parar de saltar de alegría cuando juntas al teléfono gritaban de emoción ante la noticia del hallazgo del violín Stradivarius de su padre, robado en 1980.

Un agente del FBI había llamado minutos antes a Nina para decirle que una mujer que lo heredó intentaba determinar ante un experto que, en efecto, era uno de los raros ejemplares construidos por el famoso lutier Antonio Stradivari, en este caso en 1734.

Roman Totenberg, un reconocido violinista, lo tocó durante años hasta que un estudiante lo extrajo de su oficina en la Escuela de Música Longy, en Massachusetts, donde impartía clases.

Fue un golpe muy duro, como si le hubiesen cortado una mano, para citar lo que su hija le contó a la radio pública en EE.UU. hace unos días tras enterarse de la buena noticia.

En efecto, fue su "compañero musical de 38 años". Nina cuenta que cuando su padre tuvo que utilizar uno nuevo, un Guarneri del mismo periodo del Stradivarius, fue como aprender a caminar otra vez: cambiar la forma en que usaba sus dedos y transformar completamente su repertorio para el nuevo instrumento.

Nadie sabe cuánto puede costar el violín recuperado, conocido como Ames Stradivarius en honor al violinista George Ames, que lo tocó en el siglo XIX.

Totenberg, quien murió hace tres años a la edad de 101, lo compró en 1945 por US$15.000, unos US$200.000 a los precios actuales.

Sin embargo, para tener una referencia de lo que realmente puede valer, el más caro de la historia fue vendido en 2011 por US$15,9 millones.

Las hijas de Totenberg lo recibieron este jueves en una ceremonia especial organizada por la Fiscalía de Nueva York y ya dijeron que lo van a vender.

Sin embargo, han insistido que no quieren dárselo a un coleccionista, sino a un virtuoso que pueda mostrar su especial sonido en las salas de concierto.

La historia del robo

Roman Totenberg siempre sospechó que la persona que lo robó era el joven estudiante de violín Phillip Johnson. Las cámaras de seguridad lo mostraron cerca de su despacho antes de que desapareciera.

Incluso tiempo después su exnovia fue a la casa de los Totenberg para indicarles que ella sospechaba que Johnson era, en efecto, el ladrón.

Sin embargo, la policía en esa oportunidad dijo que no era prueba suficiente para ordenar un allanamiento de su apartamento.

Tuvieron que pasar 35 años y que Johnson muriera, para que su exesposa lo hallara entre sus pertenencias.

Sin embargo no revisó el estuche que lo protegía durante un tiempo porque tenía un cerrojo con combinación secreta.

Luego de que decidió ver su contenido y violar el cerrojo, "un músico amigo la puso en contacto con el fabricante y evaluador de violines Phillip Injeian", explica Nina Totenberg, quien escribió un artículo especial sobre la recuperación del Stradivarius de su padre para National Public Radio, donde trabaja como corresponsal en asuntos legales.

Luego de mandarle unas fotos a Injeian, acordaron reunirse en Nueva York.

"Tengo buenas y malas noticias para ti", recuerda Totenberg lo que el evaluador dijo cuando se reunió con la mujer. "La buena es que es un Stradivarius. La mala es que se lo robaron a Roman Totenberg hace 35 años" y que estaba en la obligación de reportarlo a las autoridades.

Este jueves fue entregado a la familia del violinista.

"Es una historia extraordinaria, de un ingenioso tasador de violín que reconoció el Ames Stradivarius, perdido por mucho tiempo", dijo el fiscal federal Preet Bharara tras entregar el instrumento a las hijas del músico.

"Necesita restauración y esperamos que un concertista lo vuelva a tocar pronto", dijo feliz a la BBC este jueves Nina Totenberg.

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