Con tan solo 21 años, Katie Stubblefield se convirtió en la persona más joven de Estados Unidos en someterse a una cirugía experimental de trasplante de cara, historia que será contada en el próximo número de la revista National Geographic.
La joven pasó por varios problemas de salud y en marzo de 2014 debió enfrentar una ruptura amorosa tras encontrar mensajes de otra mujer en el teléfono de su novio, lo que derivó que tomara un arma disparando justo bajo su barbilla.
Debido al impacto, la joven perdió parte de su frente, nariz, senos nasales, labios, gran parte de la mandíbula y, además, sus ojos quedaron muy dañados. El procedimiento de reconstrucción duró un total de 31 horas y requirió operaciones adicionales y meses de rehabilitación.
Tras las cirugías, los padres de Katie le contaron sobre su intento de suicidio del cual la joven no tiene recuerdo. "Nunca había pensado en hacer eso, y al escucharlo no supe cómo manejarlo", asegura la joven.
"Me sentía muy culpable por haber causado tanto dolor a mi familia, me sentía horrible", contó a la revista.