Si bien el SARS-CoV-2 afecta principalmente a los pulmones y es particularmente peligroso para las personas mayores, la creciente investigación sugiere que también deja una marca duradera en el sistema cardiovascular, incluso entre los jóvenes y aquellos que sólo experimentan síntomas leves.
Según el estudio publicado en Experimental Physiology, los adultos jóvenes que muestran sólo síntomas menores de COVID-19 pueden sufrir cambios persistentes en sus vasos sanguíneos, según un pequeño estudio nuevo.
Los científicos compararon la salud vascular de 30 adultos jóvenes, la mitad de los cuales habían dado positivo por COVID-19 aproximadamente un mes antes y la mitad de los cuales gozaban de buena salud.
Al analizar las grabaciones de ultrasonido de sus arterias en movimiento, el equipo encontró una diferencia significativa entre ambos grupos. Aunque nadie había sido hospitalizado, las arterias de quienes contrajeron COVID-19 hace tres o cuatro semanas estaban más rígidas y menos elásticas que las del grupo sano.
El tamaño de la muestra es pequeño, pero los hallazgos iniciales refuerzan la idea de que COVID-19 no es algo con lo que se pueda jugar. Incluso si es joven y está sano, e incluso si apenas se enfermó por el virus, el impacto en su salud cardiovascular podría durar mucho tiempo después de que desaparezcan los síntomas.
Se necesita más investigación para que podamos determinar quién está en mayor riesgo y cuánto tiempo dura esta rigidez arterial, pero los hallazgos coinciden en gran medida con otros estudios a largo plazo que informan cambios vasculares que pueden durar hasta tres meses y no están asociados con la gravedad de los síntomas de COVID-19.