Este domingo en un nuevo capítulo de “De tú a tú”, Martín Cárcamo recibió en su casa al destacado cantante y animador José Alfredo Fuentes, con quien hizo un repaso de su carrera y de los momentos más importantes de su vida.
Nacido como el menor de tres hijos, José Alfredo partió confesando algo que no mucha gente sabe sobre su vida: que sus hermanos eran en realidad hijos del primer esposo de su madre, Armando Fuentes, mientras que él fue fruto de una relación que su madre tuvo con un dentista vividor –y casado– llamado Alfredo Rodríguez.
“En rigor yo debería ser el Pollo Rodríguez”, rió el cantante, y explicó que recién a los seis años de nacido su madre fue a ver a su exesposo para pedirle que él le pusiera su apellido al niño, ante la imposibilidad de que se supiera que era hijo de Alfredo. Afortunadamente, el hombre accedió de buena manera.
Todo cambió cuando su padre murió a la temprana edad de 48 años, cuando José Alfredo tenía 8 años, de un cáncer al páncreas. “Yo lloré mucho cuando me dijeron (...) Para su funeral yo estaba con mi madre y mis hermanos en un rincón y en otro sector la familia de él”, recordó, apuntando que ahí tomó conciencia de que su mera existencia era algo incómodo.
Tras la muerte de su padre, sus hermanos, al ser 12 años mayores, dejaron los estudios para trabajar y sustentar la casa, y permitirle a él seguir estudiando en el colegio Marista Alonso de Ercilla. “Yo siempre sentí que se sacrificaron por mí. Daban la vida por su hermano chico”, señaló.
Pronto, su madre se volvió a casar con otro hombre, pero esa nueva relación se volvió violenta. “Yo sentía cachetadas, entonces me levantaba de mi pieza y partía a la de mi mamá, en calzoncillos, a enfrentarme con nueve años a este caballero. A mí nunca él me tocó ni me retó, pero para mí era horrible que a mi mamá la tocaran, era espantoso. Empecé a tener miedo de estar en la casa”, confesó, agregando que sentía que su padrastro tenía celos de la atención que su madre le prestaba a él.
Acoso en el colegio
En el colegio, donde a José Alfredo le decían el “Chico Fuentes”, porque siempre fue y se vio menor, dice haberlo pasado muy bien y haber aprendido mucho. Sin embargo, recuerda una experiencia de acoso que sufrió de parte de un sacerdote.
“Después de una clase de gimnasia él nos llamó con un compañero de apellido Cardemil para mostrarnos unos trabajos manuales en una cancha alejada. Cuando entramos a un lugar pequeñito, se tiró bruscamente a abrazarme, me tomó en brazos, era muy robusto. Me pegó unos mordiscones en la cara y las manos en el pantalón de gimnasia. Mi amigo Cardemil era más avispado, así que se subió a una escalera de tijera, agarró un cajón de madera y se lo tiró en la cabeza. Ahí me soltó y apreté cachete, me fui a mi casa corriendo, 15 o 20 cuadras, llorando”, recordó el intérprete.
Pese a la indignación de su familia -especialmente de su hermano Iván, que incluso fue al colegio a golpear al sacerdote-, el caso quedó en nada. “Lo tiraron debajo de la alfombra, ahí no más quedó (...) Debo confesar que más allá del mal rato que sufrí no tuve problemas que me repercutieron de ninguna manera. Sólo eran unos señores que no debieron haber seguido el camino de educadores”, concluyó.
Su relación con la música partió desde muy temprana edad, cuando cantaba para su padre y sus amigos. Pronto llegó al coro de su colegio, donde destacó de inmediato por su gran voz, y lo dejaron de solista. Posteriormente, recordó, en primero medio unos amigos lo llevaron a un concurso de Radio Portales donde se buscaba a exponentes de la “Nueva Nueva Ola”. Fue ahí cuando empezó a descuidar sus estudios y su mamá le prohibió seguir cantando.
El amor del "Pollo" Fuentes"
Consultado por Martín Cárcamo, el artista recordó cómo conoció a Isabel Trías, su primera esposa, por casualidad cuando la vio en la puerta de la casa de su cuñada. “La encontré tan diferente al resto de la gente. Su inocencia, su ingenuidad, su naturalidad amorosa”, indicó. Tras tres años de pololeo, se casaron y formaron una familia, en lo que el cantante califica como “los mejores años de mi vida”.
Con Isabel tuvo tres hijos: Alejandro, músico y profesor; Alfredo, ingeniero de sonido que vive en EE.UU.; y Natalia. “He tenido una muy buena relación con ellos, me he preocupado desde siempre de estar presente. En mis momentos de mayor popularidad nunca falté a una reunión de apoderados ni a un cumpleaños. Me propuse que aunque me ofrecieran cantar en el Carnegie Hall siempre iba a estar con mis hijos sobre cualquier cosa”, confesó el artista.
Sin embargo, tras 31 años juntos, en el año 2000 el cantante decidió dejar a su esposa y abandonar su hogar. “Decidí que necesitaba estar solo, porque estaba pasando momentos angustiantes, no me sentía bien. Hablé con Isabel y los niños y me tomé un tiempo. Me fui de casa con lo puesto”, contó. “Yo no estaba teniendo una conducta apropiada con mi mujer y mis hijos, me sentía mal conmigo mismo. Les dije que era necesario hacerlo porque era importante, lo había estado pasando mal desde hace bastante tiempo”, explicó.
Según reveló, fue una decisión difícil, especialmente por el daño que le causó a su esposa. “Ella lo pasó bastante mal. Fue un duro golpe el que le di, me da mucha lata haberlo dado porque yo me casé pensando en que era para toda la vida, con una mujer excepcional como ella y con una familia tan hermosa que era espejo para los demás amigos que teníamos”, indicó.
A pesar de haberse ido de casa, y de haber tenido otras dos parejas después, no se divorció de su esposa, y nunca desapareció del todo de la vida de su familia. “Nunca me pude separar absolutamente. Primero me fui a la casa de un amigo, después arrendé un departamento, y fue pasando el tiempo. Nunca me compré otro departamento, yo pensaba inconscientemente que podría volver a mi casa, siempre tenía un pie puesto allá”, contó, y reveló que ve a su ex esposa todos los días.
“La mayor parte del tiempo que no estoy en mi casa, estoy en casa de Isabel. Hemos viajado juntos, los niños al lado. No somos pareja estable, pero si algo le pasa a ella, ahí estoy yo, si algo me pasa a mí, ella está. Sigue siendo la mujer más importante (...) Yo lo paso muy bien, me siento protegido por ella y ella también por mí. Nos necesitamos el uno al otro”, señaló, agregando que no se han planteado volver a vivir juntos, pero que la decisión depende totalmente de ella.
“Tú te das cuenta que hay personas diferentes que son especiales en tu vida, que han sido importantes. Ella está en mi mente en el momento en que la vi a los 17 años. Debo reconocer que la amo. Sino no estaría, me habría ido a otra parte”, confesó el “Pollo”.
Hijos fuera del matrimonio
La separación no fue el único desafío familiar que tuvo que vivir. En 1985, cuando conducía el programa “Éxito”, recibió una visita inesperada en el estudio del Canal: Sara, una joven de 18 años que le contó que era su hija. “Fue una sorpresa, me vine a enterar 18 años después. Nos hicimos re amigos, fuimos a tomar once ese día, la seguí viendo”, narró el cantante, que se tomó con naturalidad la noticia, y un tiempo después le contó a su familia.
No fue un caso aislado, ya que años después, en 2007, otro joven fue a verlo, esta vez a su oficina. “Abro la puerta y entra un cabro igual a un primo mío. Le dije ‘No me digai nada, voh soi hijo mío’”, rió el cantante sobre la revelación de que Jaime, en ese entonces de 36 años, era otro hijo suyo fuera del matrimonio.
Para su familia obviamente no fue una noticia grata, contó, pero de todos modos lo terminaron aceptando. “La gracia de tener experiencia y cumplir años es que no tienes reparos en enfrentar las cosas tal como son (...) Si hay que pedir disculpas a alguien, las pido, y no sólo por eso, también por otras cosas que me han pasado en la vida”, concluyó el artista.