El cineasta franco-suizo Jean-Luc Godard, padre de la Nueva Ola, que falleció el martes a los 91 años, recurrió a la asistencia para el suicidio, confirmó el consejero de su familia a AFP.
"Jean-Luc Godard recurrió a la asistencia legal en Suiza para una muerte voluntaria, a raíz de múltiples patologías invalidantes según los términos del informe médico", explicó Patrick Jeanneret, confirmando una información publicada por el diario francés Libération.
Este maestro del cine, amante de las provocaciones públicas y huraño al mismo tiempo, es autor de obras emblemáticas como "Sin aliento" (1960) o "El desprecio" (1963).
"Fue como una aparición en el cine francés. Luego se convirtió en un maestro. Jean-Luc Godard, el más iconoclasta de los cineastas de la Nouvelle Vague, había inventado un arte resueltamente moderno, intensamente libre. Perdemos un tesoro nacional, una mirada genial", reaccionó en Twitter el presidente francés, Emmanuel Macron.
"JLG", como también se le conocía en Francia, rehusaba los honores, que fueron muchos en su dilatada carrera: premios en los principales certámenes cinematográficos del mundo, y galardones honorarios de la Academia de los Óscar, la Academia francesa o el Festival de Cannes.
Vivía desde hacía años en el pueblo de Rolle, a orillas del lago Leman, en compañía de su esposa.
Es autor de frases inmortales, como "el cine no escapa al paso del tiempo. El cine es el paso del tiempo" y de planos fascinantes, como Brigitte Bardot conversando desnuda encima de la cama. O Jean-Paul Belmondo paseando con Jean Seberg en los Campos Elíseos.