Se sabe que varios animales tienen complejos entramados de relaciones sociales, pero la tecnología ha ayudado a poder observarlos de una manera más directa y menos invasiva, así las cámaras espía y los drones han revolucionado el estudio del reino animal.
Este es el caso de una investigación realizada por la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, que utilizó drones para seguir el comportamiento de un grupo de orcas durante 10 días, pudiendo establecer algunos comportamientos bastante complejos.
Las orcas residentes viven toda su vida en la misma manada en la que nacieron, pero eso no significa que tengan que gustarles a todos los que las rodean por igual. A lo largo de sus vidas, sus relaciones con otras ballenas de su grupo parecen refluir y fluir.
Los investigadores notaron que la mayoría de las ballenas mostraban una preferencia por la compañía de individuos específicos, eligiendo salir a la superficie con ellos y tocarlos con más frecuencia que otros.
“Nuestros hallazgos muestran que, incluso dentro de estos grupos muy unidos, las ballenas prefieren interactuar con individuos específicos”, dice Michael Weiss de la Universidad de Exeter y autor principal del estudio, y agrega que: “Es como cuando tu mamá te lleva a una fiesta cuando eras niño; tú no elegiste la fiesta, pero aún puedes elegir con quién pasar el rato una vez que estás allí”.
Según lo observado, las hembras jóvenes parecían jugar un papel central en la red social del grupo. “Las orcas también pueden formar activamente relaciones importantes y habilidades sociales a una edad temprana, como en otras sociedades matrilineales”, dice el estudio.
Las nuevas tecnologías han ayudado a comprender mejor el comportamiento de las ballenas, pero esto es aún superficial, ya que hay una parte importante de la vida de estos mamíferos que se da a muchos metros bajo el agua y que no podemos observar.