La estación de observación de Arecibo, en Puerto Rico, no cerrará pese al colapso de su famoso radiotelescopio esta semana, aseguraron el jueves los responsables del sitio, sin dar más detalles sobre su futuro.
La National Science Foundation of America (NSF) "no cerrará el Observatorio de Arecibo", afirmó Ralph Gaume, director de ciencias astronómicas de la NSF, en conferencia de prensa.
El responsable añadió que estaba "profundamente triste" por la pérdida del telescopio situado en el territorio estadounidense, que tenía "un futuro brillante con muchos e impresionantes resultados científicos por venir".
El radiotelescopio, uno de los más grandes del mundo, se derrumbó el martes cuando se rompieron dos cables que sostenían sus instrumentos de 900 toneladas, lo que provocó "daños importantes" en la antena parabólica de 305 metros de diámetro y sus alrededores.
En videos del accidente publicados el jueves se puede observar que dos de los cables tirados de una torre de concreto para sostener el telescopio se rompen.
Desestabilizada, la estructura cae unos segundos después y perfora parte de la parabólica.
El telescopio fue considerado entonces demasiado inestable e irreparable, y la NSF tomó la decisión de demoler la estructura.
"La situación era peligrosa", explicó Ralph Gaume. "Después del 6 de noviembre, esos cables podrían haberse roto en cualquier momento, no podíamos predecir cuándo sucedería, pero sabíamos que sucedería".
Y añadió que el accidente no se debió a la falta de dinero del operador del sitio, la Universidad de Florida Central (UCF).
"Tenía todos los fondos necesarios para proceder con los intentos de estabilización y reparación", agregó Gaume.
Si bien la estación de Arecibo permanecerá abierta, el funcionario se negó a comentar sobre un posible reemplazo del telescopio.
"La NSF tiene un proceso muy bien definido para financiar y construir una infraestructura muy grande, incluidos los telescopios", dijo. "Es un proceso que lleva varios años e implica financiación del Congreso y estudios sobre las necesidades de la comunidad científica".
El telescopio era utilizado por astrónomos de todo el mundo y había permitido el descubrimiento de los primeros planetas que orbitaban una estrella distinta al Sol. En servicio durante 57 años, también había sido escenario de escenas de películas, como "Contact" y "GoldenEye".