Un enorme témpano de hielo de 1.270 kilómetros cuadrados que se desprendió de la Antártida en febrero pasado estuvo a punto de impactar el continente antártico, según muestran las imágenes satelitales captadas por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
El iceberg llamado A-74, que se mantuvo flotando durante seis meses en los alrededores, giró hacia el sur en dirección a la punta occidental de la plataforma Brunt a causa de los fuertes vientos provenientes del este, lo que pudo significar una gran colisión con la Antártida.
Según los cálculos de los glaciólogos, si el iceberg A-74 hubiera golpeado con fuerza la inestable plataforma de Brunt, una nueva masa de hielo de al menos 1.700 kilómetros cuadrados podría haberse desprendido.
"El trozo de hielo en forma de nariz, que es aún más grande que el A-74, sigue unido a la plataforma de hielo Brunt, pero a duras penas. Si el iceberg hubiera colisionado más violentamente con este trozo, podría haber acelerado la fractura del puente de hielo restante, provocando su desprendimiento", explicó Mark Drinkwater de la ESA.
El satélite de la misión Copernicus Sentinel-1 ha sido crucial para registrar y estudiar este acontecimiento porque, además de que la plataforma de hielo Brunt se encuentra lejos, sigue capturando imágenes para realizar un seguimiento independientemente de si es de noche o de día.
La plataforma Brunt, considerada como una zona insegura debido a una gran grieta que se extiende por la zona, hizo que la estación británica de investigación Halley VI tuviera que alejarse para encontrar un lugar más seguro, a unos 20 km del llamado Abismo 1.
A-74 no es el iceberg más grande que se desprendió de la Antártida. El más grande es el A-76, una enorme masa de hielo de 4.320 kilómetros cuadrados que se separó del continente a principios de año.
A fines del 2020, el iceberg A68a puso en riesgo la vida de millones de pingüinos, leones marinos y otras especies tras acercarse peligrosamente a la isla Georgia del Sur.
Los desprendimientos de témpanos de hielo comienzan a ser más recurrentes en todo el mundo a medida que el planeta sufre las consecuencias del calentamiento global y la crisis climática.