Este 31 de octubre se celebra Halloween en prácticamente todo el mundo, y si has ido a alguna fiesta en los últimos años o simplemente has visto memes en las redes sociales, es probable que conozcas el disfraz de Catrina, una mujer calavérica que suele asociase a México.
En efecto, por esta época las catrinas son muy usuales en México, ya que son parte de los símbolos que suelen utilizarse en la víspera de la tradicional fiesta de Día de los Muertos, que suele ser homologada al Halloween. Esta tradición que trasciende en el tiempo representa una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.
Día de Muertos no es lo mismo que Halloween
Es fácil confundirse, pero, aunque existen varias similitudes, son dos celebraciones diferentes. Comparten una fecha similar y en ambas es habitual el uso de disfraces.
Sus principales diferencias están en el origen. Y es que mientras el Día de Muertos es una tradición mexicana de origen prehispánico, Halloween (también llamado Noche de Brujas) se remite a un antiguo festival celta conocido como Samhain o Samaín.
Halloween se celebra la noche del 31 de octubre. En el pasado era un ritual de cosecha con el que se pretendía alejar a los malos espíritus, pero con el auge del cristianismo se “mezcló” con el Día de Todos los Santos (All Hallow's Eve en inglés), de donde deriva su nombre actual. En tanto, el Día de Muertos es el 1 y 2 de noviembre.
El concepto de la muerte, los disfraces y la comida también representan diferencias. Sobre esta última, en Halloween abundan las golosinas, pero también las recetas basadas en la calabaza. En el Día de Muertos es tradicional el pan de muerto, un pan dulce como lo son las calaveras de azúcar y el chocolate, que también representan la festividad mexicana.
En 2008 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró esta celebración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia y significado en tanto se trata de una expresión tradicional —contemporánea y viviente a un mismo tiempo—, integradora, representativa y comunitaria.
En México la celebración del Día de Muertos varía dependiendo del estado, municipio o pueblo. Sin embargo, en todo el país tiene un mismo principio: reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres queridos que vuelven, por un momento, del más allá.
Día de Muertos: ¿Cómo se celebra la tradicional fiesta mexicana?
Seguramente lo viste en la película “Coco”, cuya principal inspiración a la hora de preparar el guion fue la tradicional celebración mexicana.
La cinta cuenta la historia de “Miguel”, un niño que sueña con ser músico, pero su familia se lo prohíbe porque su tatarabuelo, también músico, los abandonó, y quieren obligar al pequeño a ser zapatero como el resto de la familia. Por accidente, Miguel entra en la Tierra de los Muertos, desde donde sólo puede salir si un familiar difunto le concede su bendición, pero su tatarabuela se niega a dejarlo volver con los vivos si no promete que no será músico. Así, el niño escapa de ella y comienza a buscar a su tatarabuelo.
En concreto, según destaca el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), en la celebración del Día de Muertos la muerte no representa una ausencia, sino a una presencia viva. “La muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido. En ese sentido, se trata de una celebración que conlleva una gran trascendencia popular, ya que comprende diversos significados, desde filosóficos hasta materiales”, precisa la publicación.
La celebración del Día de Muertos se realiza los días 1 y 2 de noviembre, pues ésta se divide en dos categorías: de acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos chiquitos” o niños, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir, a los adultos, según explica INAFED.
Cada año las familias colocan ofrendas y altares decorados con flores, papel picado, calaveritas de azúcar, algún plato que le gustaba al familiar a quien se le dedica la ofrenda e incienso para aromatizar el lugar.
Asimismo, la festividad incluye adornar las tumbas con flores y muchas veces hacer altares sobre las lápidas. En épocas indígenas esto tenía un gran significado, pues pensaban que ayudaba a conducir a las ánimas a transitar por un buen camino tras la muerte.
¿Y la Catrina? Se trata de uno de los íconos más representativos de la cultura de México y un personaje que no puede faltar en el Día de Muertos, pues simboliza la muerte y un recordatorio de que ésta en cualquier momento puede aparecer, expone el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART).