"Hachiko" fue el nombre de un perro que esperó a su dueño en una estación de trenes de Japón, y a pesar que este falleció, el animal siguió ahí, esperando el ansiado regreso de su dueño, gesto de fidelidad que cumplió hasta el fin de sus días. Una emotiva historia que llegó al cine en 2009, siendo protagonizada por Richard Gere (foto principal)

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Un caso similar ocurrió en Jujuy, en el norte de Argentina, luego que se conociera la historia de un perro que estaba en el hospital Pablo Soria, esperando a su dueño, quien falleció hace unas semanas atrás.

Según consigna el medio local El Tribuno, "Toto" -un labrador que pesa cerca de 50 kilos- se quedó esperando en una de las puertas del hospital, luego que su dueño fuera internado en el recinto, llamando la atención de los pacientes, transeúntes y trabajadores del lugar.

Tanto fue el cariño de los trabajadores del hospital hacia el animal, que le daban de comer e incluso, con cartones y trapos, le construyeron una casa para que el perro pudiera descansar.

Su historia se hizo conocida gracias a Dafne Rodríguez, una protectora de animales independiente, quien a través de redes sociales, compartió el caso, provocando miles de reacciones en torno a la fidelidad del animal.

La animalista llevó al perro a una veterinaria para que recibiera las atenciones primarias, en donde determinaron que el animal -a pesar de vivir en la calle- no tiene lesiones graves. 

Prontamente, el perro será castrado y será intervenido por un pequeño tumor en una de sus patas, el cual no es peligroso.

Finalmente, las animalistas aseguraron que tienen planificado encontrarle un nuevo hogar"Toto", nombre con el que bautizaron al animal, sin embargo, él no quiere irse del hospital.

"Tenemos toda la intención de llevarlo a un hogar nuevo, pero esa situación puede ser fea para él porque quiere seguir esperando a su dueño", aseguró Rodríguez.

La historia del denominado "Hachiko argentino" ha conmovido al país transandino. ¿Podrá provocar un efecto similar a su antecesor japonés? 

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