Fueron inseparables por más de diez años. Gracie, una poodle, y Brandy, una boxer, se convirtieron en las mejores amigas y cómplices de todas las aventuras en la casa de la familia Houser en Massachusetts, Estados Unidos.
Estuvieron juntas en cada ladrido, en cada carrera, al momento de defenderse o espantar a algún extraño que tocaba la puerta.
Sin embargo, hace una semana, y luego de una extensa batalla contra un cáncer, Brandy falleció. Un golpe terrible para la familia y mucho más para la pequeña Gracie.
Jennifer Houser, la dueña de las mascotas, señaló al medio Dodo, que la perrita estaba desorientada por la casa con la ausencia de su hermana.
Sin saber cómo ayudarla, ella le entregó el juguete favorito de Brandy, un peluche que se parecía mucho a ella.
"Lo primero que hizo fue tomarlo y abrazarlo. Y luego comenzó a llorar. No lo podía creer", dijo Houser emocionada por el duelo de su mascota.
Creyendo que no encontrarían consuelo para enfrentar la pérdida de su mascota, ocurrió una gran sorpresa. Al día siguente, un conocido de la familia les informó que no podían seguir manteniendo a su perro y les preguntó si ellos estarían dispuestos a cuidarla.
Y obviamente dijeron que sí.
De esta manera, Layla, de tres años, es la nueva integrante de la familia Houser y si bien admitieron que adoptar un nuevo perro no estaba en los planes reflexionaron que "todos entran en tu vida por una razón y creo que ella nos eligió a nosotros"