Para hacerse un tatuaje, primero que todo, se debe estar 100% seguro de la decisión. Luego cerciorarse de que quien tatúe esté certificado y seguir los pasos adecuados para una correcta cicatrización.
Sin embargo, actualmente hay una solución para quienes se arrepienten de su tatuaje. Se trata de procedimiento láser que promete borrar todo rastro del dibujo en la piel, dejando una cicatriz en su lugar.
Pero un joven argentino hizo todo lo opuesto a las indicaciones básicas anteriores, ya que después de hacerse un tatuaje en su antebrazo, decidió borrarlo utilizando un rallador de queso.
Esta historia quedó en evidencia luego que un amigo compartiera las imágenes del "proceso de cicatrización" en redes sociales, viralizándose rápidamente en Twitter.
Según explicó el protagonista de este insólito hecho, días después de hacerse el dibujo en su piel decidió inscribirse para ingresar en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), pero como requisito se solicita no contar con ningún tatuaje visible.
Por eso utilizó lo primero a su alcance: un rallador. El objeto lo utilizó constantemente hasta que el tatuaje iba desapareciendo mientras la piel se hería cada vez más.
"Dolió y sangró muchísimo. Tenía que vendármelo constantemente y colocarle desinfectante y antiséptico. A la semana fui a un hospital y me dieron la vacuna antitetánica", explicó al medio Inofbae.
"No se lo recomiendo a nadie", sentenció el joven argentino.