La isla de Surtsey está ubicada a 32 kilómetros al sur de la costa de Islandia. Surgió producto de erupciones volcánicas, las cuales se registraron entre el 14 de noviembre de 1963 y el 5 de junio de 1967.

Emergió entre las rocas hirviendo y, con el paso del tiempo, fue descubierta por un grupo de marineros. Sin embargo, tras constatarse que se trata de la isla volcánica totalmente desprovista de vida, la comunidad científica se motivó a estudiar, en tiempo real, la formación de ecosistemas.

En ese sentido, la isla se convirtió en reserva natural en 1965, por lo que se ha restringido, desde entonces, su acceso. En 2001, Islandia la presentó a la Unesco para poder catalogarla como Patrimonio de la Humanidad, cosa que fue dada en 2008.

Solo científicos autorizados por el Museo de Historia Natural de Reikiavik pueden visitarla, pero solo se permite la observación de la isla; la cual se ha ido "colonizando" por parte de algunas aves y distintos tipos de floras.

 

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