Hace unos cuarenta millones de años, en el extremo sur del supercontinente de Gondwana, dos insectos quedaron atrapados en la savia de un árbol, que luego se solidificó y petrificó, llegando hasta nuestros días. 

En 2011, la preciosa escena de los dos insectos cayó en manos de paleontólogos que trabajan en la cuenca de Otway, en el sur de Australia.

Según se publica en la revista ScienceAlert, no es inusual que se encuentren pequeñas criaturas antiguas en resina fosilizada, pero por alguna razón es una rareza encontrar tales especímenes en el hemisferio sur, mucho menos uno donde dos criaturas se congelan en el acto de apareamiento.

 El investigador principal Jeffrey Stilwell de la Universidad de Monash llama al ámbar el "Santo Grial" de su disciplina, porque preserva a los organismos antiguos en una animación intemporal "con el mismo aspecto que murieron ayer".

"Este es uno de los mayores descubrimientos en paleontología para Australia", dice Stilwell , y agrega que este puede ser el primer ejemplo de 'comportamiento congelado' en el registro fósil del continente.

Hasta la fecha, la mayoría de los registros ambarinos son del hemisferio norte, por lo que este descubrimiento en el sur de Australia fue suficiente para impulsar una búsqueda más amplia.

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