En un nuevo capítulo de "De tú a tú", la actriz nacional Fernanda Urrejola llegó hasta la casa de Martín Cárcamo para conversar de su familia, el amor, sus futuros proyectos y cosas que la han marcado en la vida.
La actriz comenzó compartiendo cómo era cuando era pequeña, señalando que siempre fue una niña super sensible y que con el tiempo logró comprender que era un rasgo de su personalidad.
"Fui abusada desde muy chica a los 7 años, la primera vez, y eso quedó oculto en mí, no sabía que tanto eso afectaba. Y después me pasó con diferentes hombres, en muchas otras ocasiones mientras iba creciendo, y yo fui normalizando como que los hombres eran así”, fue parte de lo que contó.
Debido a esto, comentó que “desarrollé ahí unas depresiones y cosas muy intensas que no sabía ponerles nombre”. Pero fue a los 16 años que comenzaron a generarse varias crisis, intentos de suicidios, pero nunca demostró que algo le estaba sucediendo.
A los 17 años, Fernanda estaba viviendo su mejor momento deprotivo como nadadora, sin embargo a sus hermanas no les estaba yendo muy bien. Tras pelear fuertemente con una de ellas entendió que se estaba llevando toda la atención de la casa, lo que hacía que sus hermanas perdieran protagonismo en el hogar.
"Entré en un loop en donde mi familia estaría mucho mejor sin mí y todo estaría mejor sin mí (…) Dije, ‘ya, lo mejor va a ser que yo no exista’”, afirmó.
Como una forma de escapar de todo, la actriz decidió tomar unas pastillas que tenía su padre y que le daban de muestras médicas. “Yo sabía que si me tomaba dos de esas me podía dar una bradicardia y me moría. Agarré la bolsa entera, la metí en un vaso y me tomé todas las pastillas que habían. Tienen que haber sido como 60 pastillas”, relató.
“Estaba entregadísima, me tomé todas estas pastillas y me fui acostar pensando en que de verdad era la solución”, contó.
Afortunadamente logró sobrevivir a ese episodio, ya que como ella misma contó, se salvó porque ese día su padre cambió las muestras por otro tipo de pastillas, entre aspirinas e ibuprofenos.
“Tuve una suerte increíble", cerró Fernanda.