En toda Francia, los fabricantes de gel desinfectante para manos trabajan a ritmo febril y contratan mano de obra temporal para satisfacer la explosión de demanda de este producto para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
"Los teléfonos están que arden. Esta mañana nos contactaron desde escuelas, ayuntamientos, transporte público: todos quieren gel. Tenemos una presión enorme", explica Muriel Jehanne, trabajadora de los laboratorios Gilbert, en Caen, en el norte de Francia.
Este negocio familiar, que atiende principalmente a farmacias y hospitales, actualmente produce entre 80.000 y 100.000 botellas de plástico de gel hidroalcohólico por día, en tres plantas situadas en el oeste del país, dijo a la AFP Dominique Lecomte, subdirectora general.
"Con el episodio del virus H1N1 [en 2009] tuvimos un aumento considerable de producción, pero lo que estamos experimentando ahora está más allá de toda medida", agregó Lecomte.
Gilbert, empresa que afirma ser la segunda más importante en el sector de geles hidroalcohólicos vendidos en farmacias en Francia, ha vendido 1,7 millones de botellas en seis semanas, en comparación con las 800.000 de todo 2019.
Un ritmo de trabajo y producción que contrasta con la escasez que lamentan muchos farmacéuticos.
"No nos queda ninguna botella de gel desde el sábado pasado, cuando vendimos alrededor de veinte", dijo un farmacéutico, en un negocio situado a unos cinco kilómetros de la fábrica de Gilbert.
"Con 20.000 farmacias en Francia, si le vendemos diez frascos a cada una por día, sería necesario producir 200.000" diariamente, señala este dueño farmacéutico.
Sobre la posibilidad de fabricar gel mediante la receta distribuida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala: "no tenemos los derechos".geles compuestos de alcohol, gelificantes e ingredientes activos hidratantes, luego de "casos aislados" de "precios inaceptables".