Chile es reconocido por ser un país con constantes amenazas de desastres naturales. Una realidad que se explica por fenómenos geológicos, como terremotos o erupciones volcánicas, y también por el cambio climático, que incide en la propagación de incendios forestales.

Ubicado en el llamado Cinturón de fuego del Pacífico, nuestro territorio posee constantes movimientos sísmicos producto de la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana. Este fenómeno provoca grandes liberaciones de energía que han dejado eventos significativos, como el megaterremoto de Valdivia de 1960, el más grande jamás registrado en el planeta, de 9.5 en la escala de Richter. 

En la zona central, un evento de esas proporciones no ocurre desde 1730, según lo que se ha podido estimar en base a las consecuencias que provocó el terremoto de Valparaíso.

Y si bien no se sabe cuándo podría ocurrir algo similar, los expertos advierten que la acumulación energética en la zona podría levantar las alertas. 

Megaterremoto en Chile, ¿cuál es el peor escenario?

En conversación con T13.cl, el geofísico y divulgador científico Cristián Farías nos aclara algunas dudas sobre un posible megaterremoto en el futuro. "El problema es que cada cuánto tiempo pueda ocurrir un evento así es súper variable. Pueden ser 300 años, 500 años", dice el autor del libro "Manual para sobrevivir a nuestra loca geografía".

"Lo que termina pasando es que tú hablas del escenario. Y luego empiezas a ver cuáles de los escenarios son los más plausibles ahora. En esa línea, lo que sabemos es que el peor escenario es un terremoto magnitud 9.1, 9.3, que es básicamente lo ocurrido en el terremoto de 1730", detalla.

Un problema de preparación más que de reacción 

El también académico de la Universidad Católica de Temuco aclara que de darse un escenario así en la zona central, el problema no radica en la respuesta inmediata, sino en la prevención para evitar una catástrofe.  

"Si un evento así se diera hoy día estaría complicado y no porque se caigan los edificios, porque en Chile van a ser muy pocos los que colapsarán. Sino que más bien por todo lo que viene detrás. Cómo la gente va a evacuar en una zona que le va a llegar un tsunami, cómo van a estar las ciudades que no han tenido un tsunami en su historia, porque el último tsunami fue en 1730", analiza.

Otro aspecto que comenta es el de tipo económico, ya que gran parte de la actividad productiva de Chile se encuentra concentrada en un solo lugar.

"Los puertos, el de Valparaíso, el de San Antonio, son los más grandes de Chile. Y qué pasa si tienes un tsunami, no que los destruya, pero que los inhabilite por un par de meses. El peor escenario es un 9.3, que te puede llevar a todo este caos, que tiene que ver con nuestra mala preparación previa", arguye. 

Con la evolución de nuevas tecnologías de medición y de prevención, sumado a la experiencia en el terremoto de 2010, Farías sostiene que "en la emergencia Chile está súper bien preparado, quizás lo mejor plantado que podría estar en su historia. Hay buena capacidad de monitoreo, hay muy buena capacidad de respuesta".

Sin embargo, define que "el problema no es la capacidad de respuesta, es la preparación, es toda la parte de anticipar el escenario, toda la parte de planificar las ciudades, toda la parte de entender dónde estamos construyendo y dónde no". 

"En los últimos tres años, se han hecho súper famosas las tomas en orilla de playa, en distintos lugares. ¿Dónde va a pasar el tsunami? ahí mismo. Son personas que van a estar completamente desamparadas", puntualiza.

El académico aclara que probablemente, en el litoral central "el siguiente terremoto que se dé sea de magnitud 8.4-8.4, igual con tsunami, igual súper grande. Pero mientras más tiempo vaya pasando sin tener ese terremoto más chico entre comillas, nos vamos acercando más al de 9.3".

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