Contrariamente a la idea popular que dice que consumir tabaco tiene un efecto relajante y que la falta de nicotina produce estrés, la exposición a esta adictiva molécula puede producir el efecto inverso, afirmaron los autores de la investigación en un comunicado.

Los científicos evaluaron los niveles de estrés social en los roedores, una situación que se da cuando "uno de estos animales es sometido a agresiones repetidas de sus congéneres dominantes".

A algunos de los ratones se les bloquearon los receptores de nicotina, mientras que a otros se les activaron.

Gracias a la evaluación de su comportamiento y a los parámetros electrofisiológicos del cerebro, los expertos del CNRS establecieron que no se dan signos de estrés social cuando los receptores están bloqueados, pero que en el caso contrario se vieron amplificados.

"Los investigadores también han podido constatar que un ratón expuesto a una sola agresión por uno de sus congéneres presenta signos de estrés solo si ha sido expuesto previamente a la nicotina", indica el estudio.

Aunque este trabajo se centra en cómo los receptores nicotínicos afectan al control del estrés en los ratones, el CNRS anunció que los científicos investigarán si se puede generalizar a todos los trastornos del estado de ánimo, y si los resultados son aplicables al ser humano

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