En 2011, João Pereira de Souza, un albañil de origen brasileño, rescató a un pingüino empapado de petróleo cerca de una playa en Río de Janeiro, y decidió alimentarlo, limpiarlo y cuidarlo hasta que estuviera listo para reincorporarse a su hábitat natural. 

Cuando el pequeño animal se recuperó, Pereira decidió llevarlo de regreso a la playa, sin embargo, Din Din -como decidió llamarle- no quiso marcharse

La situación extrañó mucho al albañil, ya que aunque los pingüinos tradicionalmente migran miles de kilómetros entre la Patagonia y las áreas donde se alimentan al norte de aquel sector, Din Din prefirió permanecer en las costas de Río, a pesar del clima cálido

En un último intento, Pereira se llevó al pingüino en una lancha a mar abierto y lo soltó en el agua para que se fuera nadando, pero cuando regresó a casa, Din Din ya lo estaba esperando

Ambos son amigos ahora, y aunque Din Din se ausenta durante largos periodos de tiempo en el mar, siempre regresa para visitar al albañil

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