Wilson Bentley estaba fascinado con los copos de nieve desde que era un adolescente.
El joven estadounidense solía examinarlos con un antiguo microscopio que le había regalado su madre y luego intentaba replicar sus intrincadas formas en un trozo de papel.
Casi siempre los copos se le derretían antes de que pudiera plasmar los detalles de estas complejas estructuras.
Esto lo impulsó a desarrollar una técnica para fotografiarlos bajo la lente microscópica y así fue como en 1885 tomó la primera fotografía de un copo de nieve individual.
Algunas de estas fotos se presentan ahora como parte de la exhibición "Sixfold Symmetry" que se presenta en el Museo Tang en Saratoga Springs, Nueva York, Estados Unidos.
"Cada cristal era una obra maestra del diseño y esos diseños nunca se repitieron. Cuando un copo de nieve se derretía, ese diseño se perdía para siempre. Tanta belleza que se ha ido sin dejar rastro", escribió Bentley.
Esta pasión que lo obsesionó desde los 15 años lo llevó a tomar más de 5.000 fotografías de copos de nieve.
Bentley apreciaba la belleza de la nieve, pero esto no le impedía hacer un catálogo meticuloso y con un método científico en el que registraba también detalles meteorológicos.
Esto hizo que su material despertara el interés de muchas universidades del mundo.
Mientras tanto, seguía trabajando en la granja familiar.
Su personalidad y sus intereses -también fotografiaba y hacía mediciones de las gotas de lluvia y catalogaba las sonrisas de las mujeres- despertaron la atención de los vecinos que lo consideraban un excéntrico.
Bentley recibió una beca de investigación de la Sociedad Estadounidense de Meteorología lo cual le permitió publicar un libro que incluye 2.500 imágenes de copos de nieve.
Falleció de neumonía los 66 años, después de quedar atrapado en una tormenta de nieve.