“En un concierto sentí que se estaba mecanizando todo, todo robotizado, y ahí es cuando bajé del escenario y le dije a mi mánager, que es mi mejor amiga, `algo no va bien´. Me daba miedo que quedara todo esto así y yo sabía que no podía componer el disco de esta manera, por lo que gracias a Dios tuve un equipo que me quiere bien y pudimos parar”.
Así resumen Pablo Alborán el colapso que sintió tiempo atrás y que él define como “pérdida de emoción”, destacando que “yo estaba un poco saturado, necesitaba desconectar para conectar otra vez conmigo y con mi familia… necesitaba hablar con mi familia, hablar con mis amigos y hacer las cosas que hace cualquier chaval de mi edad, como irme de fiesta, estudiar otra vez y refrescar mis hábitos musicales. Me daba cuenta de que me estaba repitiendo y necesitaba refrescar todo”.
El intérprete de “Solamente tú” declara que “necesitaba calma para componer este disco y me fui a Londres solo, luego me fui con amigos, después volví, en vacaciones, y ya cuando arranqué de nuevo, volví a estudiar guitarra, piano y solfeo. Quería comunicarme con los músicos del disco en un lenguaje musical… y me vino muy bien de pronto apagar el teléfono y pisar el freno, para componer el disco desde la calma y sin prisa, sin fecha de salida ni de entrega”.
“Eso es parte de mi trabajo y lo agradezco, pero, por otra parte, mi costumbre y mis hábitos son muy normales. O sea, tú me tendrías que ver tirado ayer con una copa de vino viendo televisión… yo soy igual que todo el mundo. Cuando estoy con mis amigos, mis reuniones son con una guitarra y un piano, y me gusta mucho comer, me gusta mi familia y me gusta estar con mis sobrinos en casa. Mis placeres reales no son placeres que cuesten dinero”, declara Pablo.
En relación a su forma de ser, Alborán confiesa que “yo soy mi peor enemigo, porque si te das cuenta, desde que saqué los primeros singles, no he parado. Pero estoy feliz, súper bien, muy contento; hay días buenos y malos, pero en aquel momento yo estaba en giras y sacaba discos, había promociones de los discos y colaboraciones... era toda una mezcla y yo soy muy perfeccionista, quiero que todo el mundo esté bien y soy sensible, entonces las cosas me afectan”.
Y hoy, ¿cómo está? El artista hispano responde que “estoy feliz, intentando disfrutar. Las entrevistas trato de que sean charlas, en las sesiones de fotos, que no me suelen gustar, me intento reír o relajar más, en los viajes intento ver películas… en el fondo, intento no pensar cuánto falta para llegar a mi casa, porque me queda mucho (ríe)”, añadiendo que “a nivel personal me vino muy bien porque volví a recuperar esa normalidad que me gusta”.
En “Prometo”, su último álbum, hay nuevos sonidos, sobre lo que enfatiza que “cuando compongo, la idea es que la propia canción te guíe, no intentarle imponerle nada a la canción ni a tu disco”. En ese sentido, dice que “no hay que hacer reggaetón por hacer reggaetón, pero si una canción te pide reggaeton, ahí sí. Y yo no quiero hacerlo porque la gente no es tonta, la gente nota cuando hay algo forzado… y viceversa, notan cuando uno se siente cómodo”, a lo que agrega que “yo creo que lo importante y la clave es la emoción, si hay emoción puedes hablar de cualquier tema y con cualquier ritmo. Que a mí me digan que en el heavy metal no hay emociones, no me lo creo”.
Pablo Alborán da a conocer que “mi curiosidad siempre es por probar cosas nuevas. Mi productor es colombiano, entonces yo quería que Latinoamérica estuviera presente (en el nuevo disco), pero porque las canciones también lo pedían. `Al paraíso´ venía siendo una bosanova, `Boca de hule´ venía siendo un reggae… y así se dieron”.
Es así como pone énfasis en que “Prometo” es un “disco puertas abiertas en mucho sentido y muy libre”. Este trabajo los chilenos lo podrán presenciar en vivo en los próximos días, cuando venga a hacer una gira. El 20 y 21 de este mes se presentará en el Movistar Arena Santiago, el 26 en Concepción y el 28 en Temuco. “Va a ser una gira muy especial”, sintetiza sobre los shows que presentará en Chile.