Con Gorillaz, la forma física de Damon Albarn es indirectamente proporcional a su soltura sobre el escenario. A días de cumplir 50 años está visiblemente más viejo y más panzón que en cualquiera de sus anteriores visitas a Chile, pero la energía que irradia la música del combo virtual se convierte en trance y ganas de saltar, asertivamente, como monos. Y el Movistar Arena, casi al límite de su capacidad con 15 mil personas durante la noche de martes, lo sintió con fuerza.

El conjunto —que en su versión virtual es un cuarteto compuesto por 2-D, Murdoc Niccals, Russel Hobbs y Noodle pero que en el estudio y en directo es sinónimo de big band, superando los 10 músicos en escena— hizo su debut en nuestro país en una versión que cada vez se torna más humana, fusionando la electrónica de los primeros años con una completa paleta de ritmos inspirados en la música negra. Un resumen de R&B, hip-hop y arreglos cercanos al góspel que se vigorizan también con una serie de pistas pregrabadas que impulsan sus componentes más orgánicos.

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Pero no sería Gorillaz sin los simios y una gran pantalla ubicada al centro del escenario es la encargada de proyectar imágenes, cuadros e historias donde los inusuales personajes animados (creados por Jamie Hewlett) son los protagonistas. En "19-2000" y "Stylo", dos de los éxitos más aplaudidos de la noche, los monos van por la carretera emulando los videos con paisajes y actores improbables, como la aparición de Bruce Willis en plan gansteril; en "Dirty Harry" se suma el coro infantil de 15 niños caricaturizados que bailan al son de la música y hacen morisquetas en los intermedios; y en "Clint Eastwood" vuelven al 2001 con el grupo instalado en un cementerio lúgubre y tocando entre espíritus.

Mientras tanto, Damon Albarn se mueve como un MC, camina de extremo a extremo con un fraseo contundente y mirada juguetona, baja en varias ocasiones a cantar con los fanáticos y promueve a sus músicos como un alocado director de orquesta.

Sus compañeros lo sienten y el guitarrista Jeff Wootton junto al bajista Seye Adelekan —en la primera línea de batalla— se alzan como fieles y aguerridos escuderos del también líder de Blur. Además, para suplir la cantidad de colaboraciones que tienen sus álbumes, el combo estuvo acompañado por De La Soul, la intrépida Little Simz y Bootie Brown, solo por nombrar una parte del lineup.

Incluso, nuestro país fue el lugar elegido para anunciar el lanzamiento de un próximo disco, del que presentó mundialmente su primer single "Hollywood".

Un show enérgico, que solo en "On Melancholy Hill" bajó un cambio para darle un respiro a los espectadores, que incluso tuvo de público a Martin Gore de Depeche Mode (que se presentan este miércoles en el Estadio Nacional) y que viaja directo a diciembre como uno de los mejores conciertos del año en Chile.

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