AFP

El éxito de la canción "I took a pill in Ibiza" (Me tomé una pastilla en Ibiza) del estadounidense Mike Posner no está gustando nada en esta isla española, que quiere cambiar su imagen de destino de fiesta y borrachera.

La canción, mezclada por el dúo noruego Seeb, lidera las listas de éxitos del Reino Unido, Holanda y Bélgica y se encuentra en la novena posición en Estados Unidos expandiendo un mensaje que desagrada a las autoridades de esta isla.

Aunque la letra de la canción explica la tristeza que sintió Posner en una fiesta en Ibiza donde tomó drogas, la pegadiza versión electrónica realizada por Seeb la convirtió en un himno festivo. 

En el vídeoclip, ambientado en una discoteca, aparecen jóvenes consumiendo drogas, alcohol, practicando sexo en los baños o vomitando en un retrete.

"Hemos invitado al autor de esta canción a conocer Ibiza porque tenemos muchos valores además de la oferta de ocio nocturno y musical mundialmente conocida", explicaba este martes a la AFP el director de turismo de la isla, Vicent Ferrer.

Antiguo refugio de hippies, esta isla mediterránea del archipiélago de las Baleares se ha convertido en una meca de la música electrónica y el ocio nocturno, con enormes discotecas como Pacha o Amnesia donde pinchan los disyoqueis más conocidos del mundo.

Esta imagen de destino festivo, vinculado a menudo al alcohol y las drogas, deja en segundo plano el resto de atractivos de la isla, lamentan las autoridades.

"I took a pill in Ibiza" de Mike Posner, un éxito polémico.

"Tenemos museos, playas, cultura, gastronomía, tenemos una oferta muy amplia pero desgraciadamente se nos ha encasillado en este segmento", lamentaba Ferrer.

"Desgraciadamente, hoy en día quien quiera consumir pastillas o alcohol los puede encontrar en cualquier destino turístico, que se nos encasille sólo a nosotros no nos parece justo", añadía.

No es la primera vez que la isla aparece en canciones que no la dejan en muy buen lugar. En 2011, el grupo londinense The Midnight Beast causó polémica con su tema "Pizza in Ibiza", enseñando las desenfrenadas fiestas de los jóvenes británicos que la visitan.

En 2015, más de 2,5 millones de turistas visitaron Ibiza y su vecina Formentera, casi un tercio de ellos británicos, según las cifras del gobierno regional balear.

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