El pasado 13 de noviembre, el mundo se paralizó con la mirada puesta en París. La capital francesa fue víctima de una serie de ataques terroristas perpetrados por el Estado Islámico y sembró el horror y la incertidumbre en el resto de Europa. Más de 130 muertos y otros cientos de heridos fueron el resultado tangible de los atentados. El mundo se paralizó, y de paso sus músicos, debido al tiroteo en el teatro Bataclan, que en esos momentos era el escenario de un show de Eagles Of Death Metal. La banda perdió a un miembro de su staff y se suspendieron conciertos de Deftones y U2.

La música también quedó herida.

"Entendemos lo que puedan sentir porque nosotros hemos sufrido los mismos problemas a lo largo de los años", dice Abdallah Ag Alhousseyni, guitarrista de Tinariwen, agrupación de Argelia que compartirá escenario con los estadounidenses en Lollapalooza Chile 2016.

Entendemos lo que pueda sentir Eagles Of Death Metal porque nosotros hemos sufrido los mismos problemas a lo largo de los años
Abdallah Ag Alhousseyni 

El combo de world music —y que sus miembros son parte del pueblo tuareg— tuvo que huir de su país y avecindarse en Europa, debido a las amenazas sufridas por la célula terrorista Ansar Dime, que luego se unió al Estado Islámico.

Abdallah Ag Alhousseyni lo explica de la siguiente forma: "Intidao, que solía tocar la guitarra con nosotros, fue atacado hace unos años, eso es cierto; pero también es difícil saber quién lo hizo. En nuestro país, los terroristas, islamistas, ladrones, drogas y traficantes de armas se mezclan. Nunca se sabe a quién nos enfrentamos".

—¿Cuál es el poder de la música? ¿Cree usted que tiene la capacidad de luchar contra una guerra? 

"La música puede ayudar a la gente a olvidarse de sus problemas, la música puede hacer que las personas cambian de opinión o que se den cuenta sobre otros asuntos de la gente. No sé si puede luchar contra una guerra, pero pueden sensibilizar a la gente acerca de algunos problemas del mundo. Luego de eso, cada pueblo tiene la responsabilidad de actuar o no actuar", expresa el músico.

—¿Cómo se repone la música de un ataque como ese?

"La música es nuestra arma contra cualquiera que quisiera quitarnos nuestra libertad, esto es lo que Tinariwen está haciendo desde hace 30 años", añade.

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De bodas y fogatas

Tinariwen se formó en 1979 y dio su primer show en 1982. En ese periodo, su música y la música de la comunidad tuareg se oía solamente en fogatas, reuniones y bodas. Hasta que grabaron en una cinta su primera canción y comenzaron a compartirla con todo el Sahara. 

"Cuando comenzamos a tocar, solo teníamos acceso a la música en vivo", dice el músico. Luego llegaría la producción de cd's en los 90' y en los 2000 su inmersión en la tecnología móvil y los MP3.

Con su mensaje de esperanza, además, se transformaron en la banda sonora de la revolución y resistencia de su pueblo, en un conflicto económico y geopolítico que se extiende hasta hoy.

"El deserto del Sahara es rico en gas, petróleo y uranio, y a mucha gente le gustaría controlar esta zona que se encuentra en medio de cinco países. Y en medio está nuestra comunidad y la comunidad berbère", agrega Ag Alhousseyni.

Y la música sigue siendo un escape, una forma de honrar a sus antepasados: "La música es el archivo de nuestra cultura".

Tal como su acercamiento a la tecnología, de a poco Tinariwen comenzó a tantear la industria musical occidental. Aunque costó.

En 2011 ganaron el Grammy a Mejor Álbum de World Music por "Tassili" (2010), palabras extrañas para sus integrantes: "Ni siquiera sabíamos lo que era ese premio".

Pero después de recorrer todo el mundo, los músicos se han codeado con grandes figuras. Incluso, Robert Plant los invitó en 2015 a colaborar en un disco como ayuda a los refugiados en Europa.

Ser refugiado es nuestro día a día. Nuestra gente es refugiada en todos esos países, pero tuvimos que adaptarnos a esta vida. Somos una tribu nómada, nunca pensamos ser propiedad de un país, de hecho
Abdallah Ag Alhousseyni

"Ser refugiado es nuestro día a día. Después de la descolonización de mediados de los años 60 en África, el pueblo tuareg se encontraba sin un país, entre Malí, Argelia, Níger, Mauritania, Chad y Libia. Nuestra gente es refugiada en todos esos países, pero tuvimos que adaptarnos a esta vida. Somos una tribu nómada, nunca pensamos ser propiedad de un país, de hecho", analiza Abdallah Ag Alhousseyni.

"Así que si podemos ayudar a otras personas que se enfrentan al mismo problema, creemos que este es un buen paso para hacerlo", añade.

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La agrupación que cuenta con seis discos de estudio fue parte del cartel de la anterior versión de Lollapalooza Chile hasta último minuto, pero el atraso de su vuelo desde México les impidió llegar a nuestro país.

La de 2016 será una revancha y el reencuentro con un público del que guardan muy buenos recuerdos.

"Nos encanta Chile, hemos tocado en Santiago, Antofagasta, y hace unos años en Iquique, ¡y el público fue genial! Es muy emocionante llegar a Lollapalooza frente a una rockera audiencia", cierra Abdallah Ag Alhousseyni.

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