Eran varias las dudas que rodeaban lo que podía ser el debut de Rihanna en Chile, tras lo hecho en Rock In Río el fin de semana pasado: ¿Estaría en ritmo de gira? ¿Condensaría sus éxitos en versiones cortas? ¿Comenzaría a promocionar su próximo álbum? La única certeza, al menos, estaba en la respuesta del público, que desde temprano comenzó a agolparse en el perímetro del Estadio Nacional.

Y la inclusión de Big Sean como acto soporte ayudó a aliviar la tensión. El rapero norteamericano sólo necesitó de 40 minutos para encantar a los fanáticos, envolviéndolos en un torbellino de samples y rimas, esos que lo tienen patrocinado por el sello G.O.O.D. Music y protegido por Kanye West.

Y la espera fue larga. Recién a las 22:42 horas la estrella pop apareció sobre el escenario, más de 20 minutos después de lo anunciado. Eso sí, apenas sonó la introducción de "Only if for a night", original de Florence + The Machine, la barbadense hipnotizó a los 50 mil asistentes.

Bastó que la artista comenzara a cantar los primeros versos de "Only girl in the world", que mezcló con "S&M", para que resonaran los "Rihanna, Rihanna" desde cada ubicación dispuesta en el Estadio Nacional, mientras la voz de "S.O.S." reía por la respuesta de los fans que corearon cada canción.

[GALERÍA] Las mejores postales que dejó el concierto de Rihanna en el Estadio Nacional

A esa altura, un espectáculo simple, que incluyó algunas coreografías, imágenes de la artista que se proyectaron en el telón blanco dispuesto al fondo de las tablas, y que destacó por la síntesis de sus hits: "What's my name" o "All of the lights" (corte en que colaboró con Kanye West) sólo fueron interpretadas a medias.

Rihanna mostró un dominio total de los asistentes, en quienes descansó en varios pasajes del show, invitándolos a gritar y responder a sus llamados. Así, con fuegos de artificio incluidos, "Umbrella" se empinó como uno de los mejores momentos de la noche; al igual que una rockera versión de "We found love", que popularizó junto al emperador del EDM Calvin Harris.

La barbadense logró sortear algunos problemas de audio iniciales, para concluir demostrando de lo que está hecha: una voz privilegiada, un carisma inigualable y éxitos que se traducen en estadios repletos como "Stay", "Diamonds" y "FourFiveSeconds".

El cierre corrió por parte de "Bitch better have my money", donde los fanáticos lanzaron dólares con el rostro de Rihanna.

Y tras una hora y 15 minutos de concierto, eso sí, las dudas del comienzo no se borraron del todo. Al menos, otra certeza aparece: si quiere seguir reinando en el pop, su próxima gira mundial debe doblar lo realizado en Sudamérica.

Publicidad