El primero en aparecer es DJ Lord. Ubicado detrás de sus perillas y tornamesas, el disc jockey de Public Enemy comienza un mini set con el himno nacional y aviva las primeras pifias (por el tenor nacionalista) de las 6.100 personas que llegaron la noche de miércoles al Movistar Arena. Por más de 15 minutos repasa clásicos de Beastie Boys, Michael Jackson, Metallica, Aerosamith o Nirvana. Los años 90 en todo su esplendor. La idea es más o menos esa, convertir la pista en una especie de galpón underground en el que los renegados iban a pasar el rato.
Termina la performance, suenan las sirenas y se encienden los focos rojos en busca del enemigo. La imagen sugiere urgencia, combate, y empujan la salida de Prophets Of Rage al escenario. El supergrupo que reúne a Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk de Rage Against The Machine, Chuck D y al mencionado DJ Lord de Public Enemy, y a B-Real de Cypress Hill —y nacido durante la carrera presidencial estadounidense—, despliega los mismos efectos sonoros de los hombres de "Take the power back".
La base rítmica la impone Commerford y Wilk (en bajo y batería, respectivamente), con la versátil habilidad de Morello de sacarle música a su guitarra rabiosa y los dos MC dividiéndose el trabajo que en RATM hacía el inigualable Zack de la Rocha. También las canciones dispuestas para esta noche, porque empiezan con la canción que da nombre a la banda (original de Public Enemy), pasa "Testify" o "Guerrilla radio", y le sigue "(Rock) Superstar".
Si bien cada uno de los proyectos históricos tiene presencia durante los primeros minutos del show, Rage Against The Machine es el conjunto que hila el espectáculo. Por eso, en medio del setlist, se levanta un medley que incluye "Hand on the pump", "Can't truss it", "Insane in the brain", "Bring the noise", "I ain't goin' out like that", "Welcome to the terrordome" y "Jump Around", donde los protagonistas son los raperos.
De la dupla de cantantes, eso sí, B-Real es el más destacado. Contundente en todas las etapas de las canciones, reafirma su posición como uno de los grandes exponentes del west coast rap de finales del siglo pasado. Chuck D, en cambio, se oye más pausado y oprimido, con esa forma de ubicar el micrófono sobre su boca de manera que pareciera estar transmitiendo por walkie-talkie a punto de ser capturado.
Luego del corte, Morello y compañía rematan con una batería de clásicos donde "Sleep now in the fire", "Bullet in my head", "Know your enemy", "Bull on parade" y "Killing in the name" pasan una tras otra, solo interrumpidas por dos de los singles que serán parte del primer álbum de la banda: "The party’s over" y "Unfuck the world". Además, en uno de los momentos destacados del show, aparece Ana Tijoux para acompañar a Prophets Of Rage en "Seven nation army" (de The White Stripes), que complementa con las rimas de "En paro" de Makiza.
El supergrupo presenta un sonido directo al hueso, sin concesiones, con la mirada puesta en la calle, el pueblo y sus propuestas. Sin embargo, sus éxitos están demasiado arraigados a una voz en particular. Parece una obviedad, pero de la Rocha es el gran ausente. Sin él, como dictaba el guión de la rutina humorística, es lo mismo pero no es igual.