"Aparentemente soy escoria y merezco ser abandonada y tratada como basura", escribió Sinéad O’Connor en su cuenta de Facebook en diciembre pasado. La que fue tildada como una "supuesta nota suicida" volvió a tomar sentido este lunes después de que la voz de “Nothing compares to you” desapareciera el domingo, cuando fue a dar un paseo en bicicleta.

Porque la polémica artista irlandesa ha debido luchar sistemáticamente contra los problemas psicológicos que arrastra desde que era una niña y que ella misma ha reconocido.

Cuando tenía ocho años, los padres de Sinéad se separaron. Ella, la tercera de cinco hermanos, se quedó con su mamá a la que acusaría de "maltratos físicos y mentales" y de "abuso". En Joseph, escritor y mayor de los O’Connor, encontraría un aliado, corroborando las palabras de la futura cantante.

A los 15, fue encerrada en una correccional religiosa por su pequeño historial de robos en tiendas tras dejar el colegio: en el futuro denunciaría a la Iglesia por las cosas que sufrió en ese lugar. A los 19, su madre murió en un accidente: su fallecimiento le trajo más dolor a esa relación.

Lo único que le quedaba a la futura estrella era arrancar de Dublín con destino a Londres y encerrarse en la música. La canción heredada por Prince —la mencionada “Nothing compares to you”— y discos como "The Lion and the cobra" (1987) y "Universal mother" (1994) la pusieron en el mapa.

Tuvo cuatro hijos; buscó terapia en Internet; en su cumpleaños número 33 intentó quitarse la vida por primera vez; y un par de años más tarde, en 2003, fue diagnosticada con un trastorno bipolar.

Estaba superada por los traumas causados por la religión y su propia familia.

"Soy invisible, mi familia no me valora en absoluto. Cuando decidieron alejarme de mis bebes ¿Planearon que perdería la cabeza? ¿Cómo explicarán por qué morí? Asegúrense de decir la verdad. De todas formas a mis hijos no les importa si estoy muerta o viva, ni a sus papás... Que esta sea su lección", fue otra parte del post publicado en Facebook donde requería su "derecho a morir".

Sinéad O’Connor está desaparecida y el mundo teme por su vida.

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