Desde hace tres décadas que su nombre es común para los chilenos, pero definitivamente ha sido en los últimos años en donde la carrera de Luis Gnecco tomó otros ribetes, pasando a ser un nombre clave de variados proyectos de ficción, en especial en cine y la televisión.

El turbio “Mario Moreno” en “Prófugos”, el “Pelao Monroy” en “Soltera otra vez”, Fernando Karadima en “El bosque de Karadima”, un narcotraficante en “Narcos” (de Netflix) y ahora Pablo Neruda en “Neruda” forman parte de los grandes roles que ha tenido el actor en los último cinco años y que lo han llevado a lo alto del mundo de la ficción.

Y esto no se detiene, porque Luis Gnecco sigue siendo muy cotizado y el futuro se vislumbra igual de potente. Por ejemplo, entre otros proyectos, en septiembre se le podrá ver en “Aquí no ha pasado nada”, la cinta inspirada en el caso de Martín Larraín, y para Canal 13 grabó este 2016 el protagónico de la serie “Papá mono”.

¿Y qué cree Luis que pasa con él que está siendo tan cotizado y que es un actor tan valorado? “Honestamente, un secreto de esta pega es saberlo y no saberlo, porque si comienzas a tener demasiada seguridad, empieza a surgir cierta arrogancia que no es nada de buena para dedicarse a lo que yo me dedico”, responde Gnecco, agregando que “hay que saber el lugar donde uno está, pero a la vez hay que olvidarlo, entonces es un lugar extraño”.

Pero al ir más fondo, el protagonista de “Neruda”, que está en su primer fin de semana en cartelera, confiesa que “a mí me gustan los desafíos. Yo siento que me muevo bien con desafíos potentes, porque hay personas que reaccionan mejor a eso y otras que se inmovilizan ante eso”.

A lo anterior, Luis añade que “para ser actor yo creo que hay ser bastante desprejuiciado y mercenario en algún punto. Jaime Vadell una vez dijo ´tienes que ser como un recipiente vacío dispuesto a llenarse una y otra vez, y cuando vuelves a llenarte de algo, olvidarte que en otra oportunidad estuviste lleno de otra cosa”, destacando que “ser actor es una tarea compleja y desafiante y a mí esa adrenalina me hacer vivir. Difícilmente pienso que pudiera dedicarme a otra cosa que no sea ser actor”.

El hombre de proyectos como “De chincol a jote”, “El desjueves”, “La ofis” y “Paseo de oficina”, entre muchos otros, sintetiza que “yo he seguido un instinto y hay que tener un buen ojo en esto también, no aceptar tampoco todo lo que te proponen y que quizás a veces no te motiva lo suficiente”.

La voz del director y el guionista

“Neruda” es la película que por estos días tiene a Luis Gnecco en la cartelera local con un protagónico que todos alaban, partiendo por su equipo.

Pablo Larraín, el hombre que lo dirigió en este filme -y también en “NO”- relata que “él es un actor complejo, versátil y tiene una gran técnica... y el resultado en ´Neruda´ es precioso”.

Acerca de su carrera, en tanto, Larraín declara que Luis “partió como comediante, por lo menos en la tele, pero quienes somos personas que vamos al teatro, sabemos que tiene una muy extensa carrera en un teatro más duro e experimental, él ha trabajado con Alfredo Castro y Rodrigo Pérez; y hoy día Gnecco es uno de los grandes actores chilenos que tiene la capacidad de hacer un montón de cosas, como teleseries, comerciales de yoghurts, películas y series”, poniendo énfasis en que “es un actor que está muy ocupado porque siempre está haciendo muchas cosas, la gente quiere trabajar con él. Gnecco tiene mucha verdad, mucha potencia, mucho ángel en cámara y está también en una madurez actoral. (En ese sentido), está donde está no producto estrictamente de su talento, sino que ha trabajado muchos años para estar donde está”.

Por su parte, Guillermo Calderón, guionista de “Neruda”, manifiesta que el rol este actor “lo logra de una forma genial. Neruda tiene un lado encantador, poético, político, romántico, sexual, peligroso, altruista y ególatra, o sea, son tantas facetas complejas y contradictorias por lo que es difícil encontrar a un actor que pueda contener todas esas caras en sí mismo. Y ahí está, es Luis Gnecco, y él lo hace con una complejidad muy rica y también un poco impredecible”.

El hombre de los guiones de la película que se inserta en los años de clandestinidad de Pablo Neruda agrega que “yo veo la actuación de él y me fascina y me aterra mirarlo, junto con tener la ansiedad con respecto a saber qué va a pasar en el siguiente momento. Es una actuación que nunca está cómoda consigo misma y que siempre está cambiando, dando vueltas, y llevando a una nueva profundidad al personaje”.

Guillermo Calderón puntualiza que “a mí la verdad es que me encantó la opción, además de que no es parecido más encima, pero lo acerca desde el no parecido, desde la diferencia, demostrando el gran actor que es”. 

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