Luego de que en los últimos meses ha debido enfrentar el abandono de su hijo Rocco, quien abiertamente expresó sus ganas de vivir con su padre, Guy Ritchie, ahora Madonna podría perder a su hija adoptiva Mercy James, una niña malauí que adoptó en 2009.
Sucede que la familia biológica de la niña quiere recuperar la custodia de la menor, por lo cual ha alegado que “nadie nos dijo que la separación sería permanente”.
Cabe recordar que la artista adoptó a Mercy en 2009, a la edad de 4 años. Su madre falleció durante el parto y su familia no podía hacerse cargo de su manutención, por lo que decidieron dejarla en un orfanato a la espera de una familia adoptiva. Fue entonces cuando Madonna se solidarizó con la menor y se hizo cargo de su futuro.
“Los familiares nunca tuvieron intención de separarse de Mercy para siempre”, ha señalado recientemente Agatha Molande, una amiga íntima de la familia, en entrevista con el diario Daily Mail.
De hecho, destaca que existe un acuerdo en el que se establecía que la menor debía regresar a su hogar al cumplir los seis años, algo que, obviamente, no ha sucedido, debido a que ya tiene 10 años y continúa bajo los cuidados de la llamada Reina del pop.
“Nos dijeron que se llevaban a Mercy para darle una buena educación y que después volvería con nosotros. También nos dijeron que íbamos a estar en contacto constante con ella, pero era una promesa vacía”, denuncian desde el lado de la familia biológica de la pequeña.