La explosión en la carrera de Los Amigos Invisibles se resume a una casualidad. En 1995, el combo caraqueño lanzó su primer álbum "A typical and autoctonal venezuelan dance band" con el objetivo puesto en Estados Unidos. Sus músicos viajaron hacia Nueva York con algunas copias bajo el brazo y las dejaron en una tienda de música. David Byrne, el destacado líder de Talking Heads, tomó una de ellas, escuchó las canciones y decidió fichar al conjunto en su propio sello. "Si no hubiésemos apostado a ir allá y llevar unos discos, muy probablemente no existiríamos", dice el baterista José Manuel Roura.
Pasaron más de 20 años desde ese encuentro, y los dueños de "La que me gusta" han continuado bajo la senda que alertó a uno de los músicos más inventivos del Reino Unido: funk, jazz y vanguardia; pilares de un proyecto que regresa a Chile este sábado 22 de abril para cerrar el festival Frontera en el estadio Bicentenario de La Florida.
En la cita —que tendrá a Babasónicos, Gepe y Camila Moreno, entre otros— la agrupación venezolana presentará su más reciente álbum "El paradise", publicado en febrero de este año. "Teníamos tiempo sin sacar un disco inédito, la gente estaba como a la expectativa. Pero la respuesta ha estado súper bien, les ha gustado mucho el trabajo", expresa Roura.
Para esta placa, el proceso compositivo varió de lo que acostumbraba la agrupación. En el resto de la discografía de Los Amigos Invisibles, las maquetas, las letras o la música pasaban por la inspiración de alguno de sus integrantes. En este caso, el mecanismo fue en conjunto, según cuenta el baterista: "Hicimos una especie de 'campamentos creativos'. Nos metíamos en sesiones de estudio a tirar ideas de cosas que cada uno tenía, para finalmente grabar los demos. Eventualmente, los demos terminaron convirtiéndose en temas".
Dentro de la producción, incluso, destaca una colaboración con Los Auténticos Decadentes llamada "Aquí nadie está sano".
Más allá de la música y la fiesta, eso sí, la agrupación venezolana no está anexa de la crisis política, económica y social que vive su país y que en las últimas semanas se ha intensificado con masivas y violentas protestas en contra y a favor de la administración de Nicolás Maduro —dejando un saldo de al menos 20 muertos en lo que va del mes—.
Roura toma partido: "Definitivamente, la situación es muy triste. Es muy triste cuando ves que hay una inestabilidad gigante y donde la gente lo único que quiere es trabajar y poder vivir. Te encuentras un gobierno al que no le interesan sus ciudadanos. Nosotros como venezolanos estamos pasando por un momento muy difícil. Como ciudadanos estamos solos, marchando solos ante un gobierno militar que no pretende dar su brazo a torcer".