El creciente éxito de Lali Espósito vuelve a poner a Chile en su radar. Este 2016, la cantante y actriz argentina —ex integrante de Teen Angels, el grupo juvenil nacido de la serie de Telefe "Casi ángeles"— se presentó en el Teatro Nescafé de las Artes y abriendo el show de Fifth Harmony, el quinteto femenino del momento, en Movistar Arena. Una frecuente de los escenarios locales que ha encontrado en nuestro país una fraternidad que la hará regresar nuevamente a nuestras tierras.
"Hay una hermandad con la que uno se siente muy cómoda. Y venir con mi música lo hace distinto, a mí me aborda de otra manera. Ahora la idea es hacer semejante teatro, así que estoy muy ansiosa", dice la artista de 25 años a T13.cl, refiriéndose al espectáculo que, junto a Abraham Mateo, montará en el Teatro Caupolicán el 1 de diciembre.
Todo esto, en medio de una explosión en su popularidad producto de la música y de su rol protagónico en la teleserie "Esperanza mía", que la llevó a ganar el premio MTV Millennial Awards como Artista del Año Argentina.
"Fue una cuestión enorme, porque es la gente la que te elige. Estos galardones son una cosa rara, un mimo que te empuja para seguir hacia adelante, y que significa que la gente está bancándote. Me tuvieron que explicar qué era millennial porque soy como una abuela, pero lo entendí al toque", bromea Espósito.
—¿Le ha sido difícil destacar en la música sin que los medios la lleven hacia otro ámbito?
"Yo creo que fue al revés. Sentí que en los últimos años hubo una explosión importante con mi imagen, mi trabajo. Se habló de la novela en la calle, me presenté en programas muy importantes de la televisión, entonces había muy buena onda y consideración con mi personaje artístico. A raíz de eso siento que empezaron a preocuparse por mi parte personal, las parejas, cosas mediáticas y situaciones que no me representan en lo más mínimo. Este momento de tanta noticia personal es muy nuevo para mí. Cuando los medios dicen mentiras, prefiero matarme de risa que tomármelo en serio. Hoy tenemos tanta información que nada basta, quiero saber quién eres tú, qué ropa usas".
—Hábleme de "Soy" ¿cómo ha sentido el recibimiento de la gente?
"Esto ha sido increíble, es un poco el motivo del show del 1 de diciembre, el hecho de lo bien que han recibido el disco. Hay canciones y cosas muy puntuales de las que me da mucho orgullo diferenciarlas de otro disco pop, y eso también hace que la gente te quiera tener con un show en vivo. Más allá de lo lindo, del color, hay canciones fuertes que han pegado y gustado".
—Cuando crea música, ¿en qué o en quién se inspira?
"No me inspiro en nadie en particular. Pero estamos influenciados naturalmente con la música que escuchamos de niños o ese sueño de ponerse en el escenario e imaginarse bailando qué o cantando qué. Siento que este estilo musical, en el que si bien quiero evolucionar y encontrar mi sonido más real en los próximos discos, esto es lo que yo quiero hacer. Escucho mucho hip hop, R&B, el rock viejo, al final hay una canción llamado 'Reina' que es un homenaje a Queen. Y esa fue la premisa. Todo lo que escucho o lo que me gusta hacer sobre el escenario está puesta en esas canciones. De hecho, como yo no soy música y no toco instrumentos, a mis músicos, que son los que saben, cuando trabajamos les hago coreografías o sonidos con la boca de donde salen las rítmicas".
—"Soy" suena muy confesional, ¿era esta la canción con la que sintió el salto hacia la carrera solista, dejando atrás lo hecho con su anterior banda?
"Siento que esa intención la tiene más 'Boomerang' que 'Soy'. 'Soy' fue más un single por lo que dice y por tener ganas de que aquellos que no me conocían supieran quién soy, qué me define, qué pienso. Entonces, un poco la idea es esa, pero 'Boomerang' es la canción que musicalmente me corre de lo anterior, porque tiene una música bien distinta".
—Desde hace más de una década que se encuentra dentro del ambiente del espectáculo, ¿extraña algo de la vida alejada de la fama?
"Me pasa algo 'anormal' que es trabajar desde los diez años. Entonces, hay una normalidad en mi vida 'anormal'. Y todo ha sido así. El primer show que hice en mi vida, la primera vez que me subí a cantar a un escenario fue a los 11 años en Israel para 10 mil personas, ¡no tenía sentido! Pero lo más lindo y sano fue sentir la sorpresa, estar anonadada y saber que eso no es normal. Cuesta mucho que la gente compre una entrada, cuesta mucho hacer un espectáculo, y sé lo que ocurre atrás, entonces toda esa anormalidad no me cambió. Ese es el punto importante, porque no me imagino la vida sin esto".