Meghan Markle lo hizo otra vez y rompió completamente el protocolo de la realeza británica. Este fin de semana se confirmó que la ex actriz es la editora invitada de la edición británica de la revista Vogue.
En la publicación, que saldrá en septiembre, se realizará un homenaje a 15 mujeres que ella admira y que al mismo tiempo son pioneras en sus áreas. Si bien se le pidió a ella aparecer en la portada, Meghan rechazó la oferta, ya que "sería muy autorreferente", señaló el editor en jefe de la revista, Edward Enninful, de acuerdo a The Sun.
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El número, titulado "Fuerzas del cambio", cuenta con mujeres "unidas por su valentía rompiendo barreras", incluyendo a la mundialmente reconocida primatóloga Jane Goodall, según un comunicado publicado la oficina de los duques de Sussex.
"Estos últimos siete meses han sido un proceso gratificante (...) Para tomar la edición más leída del año y dirigir su enfoque hacia valores, causas y personas que están teniendo un impacto en el mundo de hoy", declaró la duquesa de Sussex en el comunicado. "A través de esta óptica espero que sientan la fuerza colectiva en la selección diversa de las mujeres escogidas para la portada", añadió.
Dentro de las mujeres que estarán en esta portada se encuentran la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern; las actrices y activistas Jane Fonda y Salma Hayek; la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama; así como la joven activista contra el cambio climático Greta Thunberg.
Pero algo que llamó particularmente la atención en esta colaboración, fue la petición que hizo Markle a la revista. Según reveló el fotógrafo de la edición, Peter Lindbergh, la duquesa pidió que no se usara retoque digital en la piel de las mujeres seleccionadas, consignó People.
Lo anterior se debe a que la esposa del príncipe Harry quiere celebrar todas las texturas y tonos como un gesto de divertidad. "Quiero ver pecas", dijo, según comentó Lindbergh.