“Ya estoy lista para volver a las teleseries”, señala Sandra Solimano, una figura clásica de las producciones dramáticas de la década del ochenta y noventa de Canal 13, y quien en los últimos años ha estado lejos del género. Primero por falta de ofertas y luego producto de lo que le pasó en su rostro, el cual estuvo un tiempo totalmente deformado.
Sucede que la actriz accedió a ponerse biopolímeros en su cara para “rellenar las arrugas”, como ella misma confiesa. El tratamiento se lo hizo con una cosmetóloga y quedó bien, pero, al cabo de unos años, “mi cara empezó a engordar y a deformarse, apareciéndome unos cototos”.
Su caso viene a la palestra en medio de días en que la actriz venezolana Gabriela Spanic, recordada por su rol en la teleserie mexicana "La usurpadora", ha hecho noticia por lo cambiado que está su rostro. Eso sí, Sandra Solimano hace hincapié en que "ella algo se hizo, se intervino su cara, se operó, en cambio yo nunca intervine mi rostro, solo me puse biopolímeros, los cuales pueden pasar veinte años y no generarte ningún problema, pero en mi caso no fue así".
De esta manera, la actriz nacional trató de encontrar una solución a esto. No obstante, y a pesar de haberse paseado por varias consultas médicas y haber recurrido a un buen número de cirujanos plásticos, todos los decían lo mismo, “que me iba a quedar así y que no tenía solución, que el resto de mi vida mi cara se mantendría así”. Incluso Sandra viajó hasta Brasil en busca de profesionales que la ayudaran, pero el resultado fue el mismo.
“Lo más duro es que con el rostro un actor trabaja, entonces esto me imposibilitaba para trabajar, porque ¿quién iba a querer trabajar con una actriz con una cara deforme?”, recuerda la figura de apuestas de ficción como “Fácil de amar”, “Champaña” y “El amor está de moda”.
Por suerte, Sandra Solimano no paró en su lucha por llegar a un médico que sí le diera una solución y es así como, a través de una dermatóloga, llegó al doctor Nelson Navarrete, también dermatólogo.
Este médico le empezó a practicar “un procedimiento con láser que te saca el biopolímero” y de esta forma es como, después de varias sesiones, la actriz ha recuperado su rostro normal, ante lo que hoy declara que “volví a tener mi cara de siempre”.
La ex figura de Canal 13 confiesa que al doctor Navarrete “yo le beso las manos y lo santifico, porque hizo esto en mí y es un ser maravilloso y con una gran humildad”, añadiendo que “esto demuestra que Dios existe, porque yo le pedí mucho que me ayudara a sanarme y así fue”.
Hoy, la actriz se define como cristiana y junto a toda su familia abraza esta mirada religiosa, junto con seguir, específicamente, a la iglesia anglicana, ya que, de acuerdo a sus palabras, “la conocimos bien y sus pastores son seres muy cercanos, personas que se casan, por ejemplo, por lo que es una iglesia más viva y acorde a lo que sucede y pasa en el día a día”.
Actualmente, la intérprete de grandes roles dice estar lista para volver a trabajar en TV, aunque eso no quiere decir que este último tiempo haya estado lejos de las pistas de la actuación. Al contrario, ha seguido haciendo teatro y ha potenciado su faceta de profesora. Es que Sandra se dedica hace 16 años a dar clases de expresión oral y comunicación asertiva.
Partió siendo coaching para los gerentes de Lan Chile y hoy ha sumado y sumado más clientes en esta rama en la que enseña oratoria, “a hablar en público”, como puntualiza. Si hasta al ex Ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Sebastián Piñera, Pedro Pablo Errázuriz -cuando estaba en la mencionada línea aérea- fue su pupilo.