Durante la ceremonia del Grammy, la cantante y productora Janelle Monáe fue la encargada de presentar a Kesha con un motivador discurso contra el machismo y los abusos en la industria musical, pidiendo igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Sus palabras fueron revitalizantes para el movimiento "Time's Up", el que busca ponerle fin al acoso y la discriminación. "Se acabó el tiempo para la discriminación. Se acabó el tiempo para el acoso de cualquier tipo. Se acabó el tiempo para el abuso de poder", señaló la artista.
De inmediato, Kesha realizó una emocionante presentación junto a las cantantes Camila Cabello, Cyndi Lauper, Julia Michael y Andra Day, en la cual, vestidas totalmente de blanco, cantaron por las mujeres el tema "Praying" — del álbum "Rainbow" (2017) de la artista estadounidense—.
La canción retrata la experiencia que ha vivido la cantante con su ex productor Lukasz Gottwald, más conocido como Dr. Luke. Ambos llevan una batalla judicial desde el 2014 en la cual la artista afirma agresiones sexuales de parte del músico, las cuales él niega hasta hoy.