La bandera de Estados Unidos en las pantallas, un cuerpo de baile como militares y Kendrick Lamar haciendo una sátira sobre la difícil actualidad social que vive su país.

El rapero nacido en Compton, California, abrió así la sexagésima ceremonia de los premios Grammy 2018 que, en la previa del show televisivo, le otorgó tres gramófonos entre los que se encuentra el galardón a Mejor Video Musical.

Lamar interpretó seis canciones de su último disco "DAMN." —nominado a Mejor Álbum del Año—, con la colaboración de Bono y The Edge de U2 (en el tema "XXX.") y dos intermedios del comediante Dave Chappelle, que realizó sus intervenciones hablando de temas raciales.

"Lo único más chocante que ver a un negro siendo honesto en Estados Unidos es ser un negro honesto en Estados Unidos", dijo el guionista y productor.

Luego de su presentación, Kendrick Lamar se quedó con el premio a Mejor Canción de Rap gracias a "LOYALTY." en colaboración con Rihanna, que agradeció al músico por haberla considerado como parte del disco, uno de los trabajos más relevantes de la temporada pasada en la industria musical.

 

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