Tras la muerte de dos ex parejas portadoras de VIH, Freddie Mercury decidió realizarse un exámen para saber si había contraído el virus, dando un resultado positivo y manteniendo la situación en reserva.
Solo el entorno más cercano del cantante sabía este secreto, pero su ausencia en los escenarios y en las calles, sumado a su notable baja de peso, dio paso a la especulación de los medios de comunicación y los fanáticos.
El 23 de noviembre de 1991, mientras Freddie sufría un complicado estado de salud producto de una neumonía y una grave infección en el pie, su representante hizo llegar un comunicado a la prensa para sincerarse con el mundo respecto de su situación.
La publicación inicia así: "Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo el SIDA. Sentí que era correcto mantener esta información en privado para proteger la privacidad de quienes me rodean".
"Ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans en todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”. Finaliza el comunicado enviado a petición de Freddie.
Un día después de confesar ser portador de VIH, el cantante falleció en su casa, siendo la causa oficial de su muerte una neumonía resultado del SIDA.