AFP

Entre animadas pistas de baile y barras abarrotadas de cerveza, el arte contemporáneo se hace un hueco en festivales como el Sónar de Barcelona, donde la música electrónica se da la mano con la vanguardia artística y tecnológica.

En este festival celebrado entre el 18 y el 20 de junio en esta ciudad española, cine experimental, instalaciones artísticas y mapeados comparten protagonismo, y en ocasiones colaboran, con las figuras del cartel, entre las que destacan The Chemical Brothers, Duran Duran o Skrillex.

Incluso, en algunos casos, la estrella no es el músico sino el artista encargado de la puesta en escena como en el espectáculo "The Well", donde las proyecciones y los torrentes de luz ideados por el francés Emmanuel Biard convirtieron la música del británico Koreless en una simple banda sonora.

"Sónar se convierte en algo mucho más poliédrico y diverso a nivel de contenido porque va más allá de la música. Aunque nunca ha sido únicamente un festival, las artes visuales y la tecnología siempre tuvieron protagonismo", explica Enric Palau, uno de los fundadores de este festival.

Así, mientras un pinchadiscos danés hace las delicias de los animados espectadores que bailan bajo el intenso sol de esta ciudad mediterránea, el público más atrevido se refugia en una sala interior donde el venezolano Arca, productor de Kanye West y Bjork, y el artista plástico estadounidense Jesse Kanda, presentan su espectáculo conjunto.

La enigmática música del venezolano, con reminiscencias latinas y del hip hop, se acomodaba en las proyecciones de su compañero, donde aparecían deformes siluetas de grandes traseros bailando y sórdidas imágenes de personas asexuadas, en una clara referencia al carácter andrógino del músico.

Unas horas antes, en el mismo escenario, la electrónica y las proyecciones de vídeo del alemán Atom TM --Uwe Schmidt, de nombre real-- se fundían con el impactante espectáculo de luces láser controladas por el artista audiovisual australiano Robin Fox en el espectáculo "Double Vision".

"La parte visual es otra dimensión de la música. Para mi es todo una sola cosa. No se trata de tengo la música, ahora qué hago con la parte visual o al revés. Viene todo junto", dice Schmidt, músico y vídeoartista residente en Chile y pionero del electro latino con el seudónimo de "Señor Coconut".

Los ejemplos abundan también entre los cabezas de cartel. El cineasta británico Adam Smith es pieza fundamental del nuevo número del dúo británico The Chemical Brothers, estrenado internacionalmente el jueves en Barcelona, mientras que el rapero y productor Flying Lotus sorprende con un espectáculo en tres dimensiones creado por dos artistas visuales.

Festivales híbridos

"Al final la música electrónica tiene una curiosidad muy grande por la tecnología, por los medios. Esto hace que más allá de la música +mainstream+ para bailar, haya mucha música electrónica que tiende a la experimentación y el arte", explica Lluís Nacenta, especialista musical y de diseño sonoro.

"Actualmente, el arte contemporáneo es un campo completamente transmedia", añade.

Ejemplo de esta disolución de los límites entre un campo y otro es el francés Joanie Lemercier, que presentó en el Sónar su instalación "Blueprint", donde reflexiona sobre el cosmos y la arquitectura con una proyección acompañada por la música del DJ británico James Ginzburg.

"Yo era diseñador gráfico, empecé diseñando proyecciones para clubes nocturnos de Londres y luego desarrollé más trabajos de instalaciones y esculturas, alejados de la música. Pero yo vengo de la escena nocturna y es genial volver a un festival", explicó.

El Sónar, que hace 20 años empezó organizándose en dos museos contemporáneos de Barcelona, fue uno de los pioneros pero le siguieron otros como el Scopitone de Nantes (Francia), el TodaysArt de La Haya (Holanda) o el Transmediale de Berlín (Alemania).

Todos ellos son festivales de formatos híbridos donde los conciertos se entremezclan con los espacios museísticos o incluso los congresos de negocios, donde empresas musicales y de nuevas tecnologías establecen contactos profesionales y conocen las últimas novedades del sector.

"El próximo paso es evolucionar en este aspecto donde la creatividad y la tecnología se encuentran con la parte profesional. Pero siempre con la música de protagonista", explicó Palau.

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