El jueves 6 de diciembre pasado, minutos antes de las 21:00 horas, mientras un grupo de personas comenzaba a entrar al Teatro Oriente para el concierto de Abel Pintos (34 años), otro grupo de fanáticos se encontró con la sorpresa de que ya no quedaban entradas. El cantautor argentino de 34 años había agotado por primera vez un show en Chile, alzándose como una de las figuras musicales transandinas más exitosas de la actualidad en nuestro país.
"En aquel momento no teníamos tiempo de quedarnos en la ciudad para seguir haciendo funciones", dice el artista en conversación con T13.cl. De hecho, la fecha más inmediata para regresar a ese mismo escenario fue la del viernes 5 de mayo de 2019, justamente, para darle la posibilidad a esos rezagados.
"Me pone súper contento regresar y me siento muy agradecido porque el público lo hizo nuevamente", añade Pintos, ya que sus fanáticos volvieron a convertir uno de sus shows en sold out. "Uno se lamenta que gente se quede afuera, pero la que vaya quedando afuera tiene que saber que mientras eso siga sucediendo vendré más seguido y eligiendo lugares de aforo cada vez mayores".
—En 2018 lanzó "La Familia Festeja Fuerte (En Vivo Estadio River Plate)", un disco que destaca por su atmósfera de cercanía con el público, ¿qué representa ese álbum dentro de su discografía?
Este disco refleja fielmente lo que es el protagonismo del público en mis conciertos y ese protagonismo tiene que ver con la relación que tenemos con el público, ellos no cantan así de fuerte porque esté repitiendo las canciones, cantan así de fuerte porque están interpretando de la misma manera en la que yo lo hago en el escenario y eso tiene que ver con la comunión y la complicidad que hemos sabido construir en tantos años de relación, y quienes se van sumando concierto tras concierto también se van dando cuenta de inmediato de este carácter y se suman inmediatamente también. Quienes me acompañan son un público muy respetuoso, cálido y solidario y eso se refleja en este disco. Y para mí es una alegría tener en mi carrera un disco que homenajea directamente al público con el que me relaciono desde hace tantos años y también homenajea el tipo de relación que tenemos, que es una relación hermosa y muy cercana.
—Usted publicó su primer disco a los 14 años, ¿cómo es ese ejercicio de redescubrir canciones que lanzó hace dos décadas?
Acaba de editarse una canción nueva en plataformas digitales, "100 años", y mucha gente me está conociendo en Chile por esa canción y toda aquella persona que me conozca por esa canción o escuche una canción mía por primera vez, luego cuando entra a Spotify o va a una disquería a comprar los álbumes se encuentra con que hay más de 12 discos editados, entonces tiene mucha historia para recorrer y eso lo hace muy divertido. A mí me gusta mucho presentar un disco. El año que viene, por ejemplo, vamos a presentar un disco nuevo de estudio; cuando lo tenga listo y salga de gira a presentarlo y regrese a Chile, voy a presentar esas canciones nuevas pero cuando cante las canciones que repasan mi historia seguiré sintiendo que todavía las estoy presentando porque efectivamente habrá mucho público conociéndolas. Y eso es una situación muy bonita para mí como artista.
—La escena de la música urbana argentina ha ganado muchos adeptos en la actualidad, ¿qué opinión le merece este movimiento?
Me parece un género musical muy interesante, hay toda una corriente del género de la música urbana que me parece constructora de un género y un movimiento y me parece que lo hacen desde un lugar muy respetable. Disfruto de cierta corriente de la música urbana, no de todo lo que anda sonando como no disfruto de todo el rock o de todo el pop que conozco, de cada género hay una corriente particular de la que disfruto y dentro de la música urbana sucede eso.
—¿Incursionaría en el trap, el reggaetón u otra variante del ritmo urbano?
Hay exponentes que admiro, incluso, y no tendría ningún inconveniente en participar. Para mí la música es una. La única ley que yo tengo para participar en cualquier género es sentirme parte de eso que estoy por interpretar, es sentirlo, que me emocione el mensaje y me sienta identificado, que sea algo genuino y consistente. Si es así, el género me tiene sin cuidado. He cantado con artistas de heavy metal, de cumbia, de folklore, de pop, de rock, de tango, de jazz, de música clásica, de indie, de reggae. No tendría ningún inconveniente en aceptar música de algún exponente de música urbana o yo mismo incorporar elementos de la música urbana, siempre y cuando mi ley pueda ser cumplida.