Un par de días después de la muerte de David Bowie, unos científicos de la cadena radiofónica Studio Brussels y del Observatorio Público MIRA de Bélgica bautizaron a una constelación de siete estrellas en honor al músico. El hombre de "Starman" falleció a causa de un cáncer que mantuvo en completa reserva, y para los fanáticos esa galaxia en forma del rayo azul y rojo que utilizó en la portada del disco "Aladdin Sane" (1973) era una buena forma de preservar su memoria con algo tangible.

Poesía más, poesía menos, rendirle tributo al británico mirando a las estrellas podía condensar la tristeza y el impacto que generó su pérdida. El 10 de enero pasado, a solo dos días del lanzamiento de "Blackstar" (2016) —el que se convertiría en su álbum final—, la familia del artista anunció su deceso, en completa paz y rodeado de su círculo más íntimo.

Desde ese momento, el mundo entero se hizo parte de la despedida. Kanye West dijo que Bowie "nos dio magia para toda la vida"; Madonna recordó que el primer concierto al que asistió fue del londinense, en Detroit; el ministerio alemán de Relaciones Exteriores le agradeció haber "ayudado a derribar el muro" gracias a su himno "Heroes"; el dúo El Vy cantó "Let’s dance" junto a la orquesta Stay Human en el primer "The late show with Stephen Colbert" pos-muerte; Lorde cantó "Life on Mars?" en los Brit Awards; y Arcade Fire terminó su presentación en el Panorama Festival de Nueva York con un carnaval honorífico en compañía del público.

La crítica y el mundo de la música comenzaban a preguntarse quién sería su sucesor o, más bien, quiénes eran los artistas que mejor podrían representar el símil de una carrera marcada por la vanguardia, la innovación y el éxito.

Durante el nuevo milenio, David Bowie 'promovió' a algunos proyectos como la mencionada Lorde y los propios Arcade Fire. A la figura neozelandesa la definió como "escuchar el futuro" y de los canadienses dijo haber comprado varios discos para entregárselos a todos sus amigos posibles.

Sin embargo, pocos se esperaban que luego de su muerte se pudieran oír canciones inéditas. Como parte de la preparación de su musical "Lazarus" —que se exhibe actualmente en la cartelera londinense, después de haber pasado por Broadway—, el artista grabó tres nuevos temas. El lanzamiento de "No plan", "Killing a little time” y "When I met you" fue anunciado en septiembre como parte del álbum que contendría la banda sonora del espectáculo teatral. Además, este domingo (en sincronía con el que hubiese sido su cumpleaños número 70) su discográfica publicó las composiciones en su primer EP póstumo.

Lamentablemente, ese fue el único de los planes conocidos que David Bowie logró realizar durante su vía crucis.

"En esos últimos momentos, él estaba planeando el sucesor de 'Blackstar'. Y yo estaba contentísimo. Yo pensé y él pensó que tendría, al menos, unos pocos meses más. Obviamente, si estaba entusiasmado con hacer su próximo álbum, debe haber pensado que le quedaban unos pocos meses más. Así que el final debe haber sido muy rápido. No estoy al tanto, no sé con exactitud, pero debe haber desmejorado muy rápidamente después de ese llamado", dijo Tony Visconti.

El amigo y productor del artista comentó a la revista Rolling Stone que Bowie tenía "al menos cinco maquetas" para un nuevo trabajo.

Cerrando el círculo del primer aniversario de su muerte, la BBC emitirá este martes 10 de enero un documental en el que se repasarán los últimos meses de vida del responsable de "Life on Mars?".

De ese material ya se adelantó que Bowie supo que el tratamiento contra el cáncer no le estaba haciendo efecto tres meses antes de su deceso. El artista estaba rodando el video de "Lazarus" —la que dice "Mira aquí arriba, estoy en el cielo, tengo cicatrices que no se ven"—.

"Tiempo después descubrí que la semana que estuvimos rodando fue cuando se enteró de que su tratamiento se acababa, que su enfermedad había ganado", cuenta Johan Renck, el director de la producción audiovisual.

Los 366 días sin David Bowie.

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